Fijar un objetivo muy elevado, en apariencia imposible, pero, gracias a él, llenarse de esperanza, fe e ilusión. En muy pocas palabras, ahí está el fundamento del llamado pensamiento Moonshot, que hoy tanto se aplica, por ejemplo, en el mundo empresarial. Su origen está en esa promesa que hizo el presidente norteamericano Kennedy de llevar al ser humano a la luna en un momento de crisis total. Ahora da título a la nueva producción de La Intrusa, Premio Nacional de Danza.
"Esta es una obra sobre la fe, la ilusión, la esperanza", apunta Damián Muñoz. Al fin y al cabo, "la historia de la humanidad es la de la esperanza", la de creer que se puede llegar, aunque al final no sea así. Se necesita tener ese objetivo, aunque en el camino uno se mienta a sí mismo, para seguir adelante. "Es como el hámster en su rueda".
Es la propuesta que tanto él como Virginia García crean, dirigen e interpretan. Lo hacen en un montaje que se estrena en Vitoria este jueves 9 de mayo. En concreto, ambos artistas -cuyo camino empezó en Gasteiz aunque llevan tiempo lejos de casa- se van a encontrar con el público en el Principal a partir de las 19.30 horas, quedando todavía entradas disponibles.
Detrás de la montaña rusa
Esa idea del Moonshot "está inspirada en el entusiasmo por llegar a la luna de la época Kennedy y consiste en fijarse metas que parecen imposibles de alcanzar y en cuyo proceso, independientemente de que se logren o no, se generará un aprendizaje muy beneficioso", recuerda Muñoz. Desde ahí, la obra de La Intrusa plantea una mirada a esa concatenación de sensaciones entre la ilusión, la lucha, la desesperanza, la vuelta a reafirmarse... "Es como una montaña rusa".
Pero como recuerda el propio Muñoz, aunque la intención es estar siempre en la parte de adelante, en la que está llena de luces, sonidos y diversión, "en la feria también está la parte de atrás", la oscura, la que no tiene nada de bonito ni estimulante, sino todo lo contrario. Ambas se recorren en un espectáculo en el que la compañía ha vuelto a contar con la aportación, en forma de textos, de Riki Blanco.
Ahora, de todas formas, llega el momento del público. De que se asomen a la pieza otras miradas. "Hasta ahora no la ha visto nadie". No ha habido pases previos ni nada por el estilo. La Intrusa ha querido trabajar en la intimidad, regresando un tanto a las esencias de la veterana, reconocida y premiada compañía.
Trabajo a dos
En este sentido, tanto García como Muñoz subrayan que el proceso de esta producción ha sido algo distinto a propuestas anteriores. No se ha querido contar con un gran elenco, ni abrir muchas puertas. Al contrario. "Necesitábamos volver a nosotros dos, a reafirmar nuestro sello", apunta la creadora.
Las experiencias personales y profesionales han servido para ir construyendo un espectáculo que no quiere seguir una línea dramaturgia habitual. Vuelve a aparecer aquí ese concepto de la montaña rusa, del subir y bajar sin perder de vista el concepto de la sorpresa. "Queríamos salir de los terrenos conocidos a la hora de trabajar el movimiento de los cuerpos" y construir un Moonshot que toca tierra por primera vez este jueves en Vitoria.