Hoy los nombres son los de Roberto Álvarez, Eneko Espino, Juan Karlos Larreategi, Itziar Ruiz de Oña, Nagore Fernández de Luco, Christian Alemany, Iñaki Alarcia y Cristina Grela. Cuando la agrupación se configuró como tal eran los de Primitivo Onraita, Carmelo Ibarzábal, Luis Revuelta Zabaleta y Angel Emilio Yus.

Imagen de Enrique Guinea tomada en 1924 (Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz).

Entre unos y otros hay un siglo de diferencia y por lo tanto infinitos sonidos, momentos, experiencias... y también otros componentes que configuran la historia de la Banda Municipal de Txistularis de Vitoria-Gasteiz y, por lo tanto, el patrimonio pasado, presente y, por supuesto, futuro de la capital alavesa.

Un valor que no solo tiene que ver con actuar y tomar parte en actos de distinta índole, sino que está relacionada también con la formación. De hecho, en este 2024 “tal vez la función más importante que tenemos es la de la docencia” desde la Academia de Folklore, como explica Roberto Álvarez.

La primera agrupación ganó diferentes concursos nada más nacer, haciéndose tres veces consecutivas con el certamen de San Sebastián

A esa labor educativa se suma una agenda en la que no faltan citas protocolarias propias del Consistorio, las actuaciones en fechas señaladas del calendario festivo, los conciertos especiales que se llevan a cabo en distintos momentos del año y en escenarios también centenarios como el propio Principal, colaboraciones con otras agrupaciones y artistas como la Banda Municipal de Música de Vitoria-Gasteiz... y un largo etcétera de eventos. Al mismo tiempo se pueden editar discos y, por ejemplo, tocar en las bodas que celebra el Ayuntamiento. 

Propuestas en las que también se siente el acompañamiento de la ciudadanía. “Como mínimo, nunca hay críticas malas”, sonríe Álvarez. Lo cierto es que sus conciertos se llenan y hay producciones como las que se hacen para La Blanca en el Machete que cuentan con un importante eco. “La Banda Municipal de Txistularis lleva formando parte de la historia de Vitoria-Gasteiz mucho tiempo”, recuerda la concejala de Cultura y Educación, Sonia Díaz de Corcuera. “Años en los que esta agrupación ha acompañado a la ciudad en sus grandes momentos, y lo ha hecho al más alto nivel. Ahora se cumplen 100 años, pero les auguro por lo menos otros 100 más”.

Actuales componentes de la Banda Municipal de Txistularis de Vitoria-Gasteiz Alex Larretxi

Un largo camino

Como recoge Pedro Elosegi en un artículo publicado en la revista Txistulari, antes de llegar a la conformación de la banda como tal, ya en 1843 se redactó un documento sobre la contratación por parte del Ayuntamiento de Vitoria “de los tamborileros de esta ciudad”. Desde ese momento hasta 1914 se vivieron diferentes vicisitudes –supresión de la Banda de Tamborileros incluida– que terminaron con la celebración de unas oposiciones municipales y la aparición de Primitivo Onraita Imaz.

En la actualidad, dentro de la actividad de la Banda tiene un peso importante la formación en la Academia de Folklore

No fue hasta 1923 cuando se conformó la agrupación como tal, compuesta por un txistu primero, uno segundo, un silbote y un atabal. Sus pasos iniciales no pudieron ser mejores. Ganaron no pocos concursos, sobre todo el de San Sebastián, considerado el más importante de la época. Se hicieron con él tres años consecutivos. Según recoge Auñamendi Eusko Entziklopedia, alcanzar estos triunfos les impidió presentarse más veces puesto que las bases lo prohibían. “Eran músicos de nivel, está claro”.

A lo largo de estos cien años la actividad ha sido constante aunque es evidente que los diferentes acontecimientos políticos, económicos y sociales han tenido su influencia. Al fin y al cabo, en cien años pasan muchas cosas. También, la incorporación de mujeres a la agrupación. La primera, en 1987, fue Estibaliz Arriola. Y han sido innumerables las calles, plazas, teatros y escenarios de todo tipo y condición que han contado con la presencia de la Banda de Txistularis de Gasteiz. 

La formación captada por José Luis Barroso (Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz).

“Cada lugar y momento es diferente”. Además, en no pocas de estas citas, a la agrupación le gusta contar con la presencia de quienes se están formando en la Academia de Folklore en propuestas señaladas. “Es algo importante para nosotros”, apunta Álvarez, quien reconoce que, desde un punto de vista solo musical, “tocar en el Principal o en los conciertos que hacemos en el Machete, por ejemplo, es otra cosa. Son producciones muy interesantes”.

En constante evolución

A lo largo de este siglo –cumplido en 2023 pero cuyos actos de conmemoración se van a llevar a cabo en este 2024–, la agrupación ha sido también testigo y partícipe de los cambios vividos por el propio instrumento. Evoluciones que “cada vez nos han permitido afrontar propuestas más complicadas”, a lo que también ha ayudado la cada vez mayor formación de sus componentes.

Sin perder de vista que “la familia de las flautas de tres agujeros es amplia”, Álvarez remarca varios pilares importantes a la hora de entender cómo ha cambiado el txistu en este tiempo. Por ejemplo, apunta a todo lo que tiene que ver con la propia construcción del instrumento. “Ha habido una evolución muy grande” gracias al impulso de constructores como Segurola (Urretxu) y Gancedo (Amurrio). En este punto, eso sí, “nos falta algo de relevo generacional”.

La Banda en junio de 1960, retratada por Santiago Arina (Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz).

Otro eje básico es la educación. La formación empezó a ser oficial en Donostia con Jose Ignazio Ansorena para después llegar al resto de capitales tanto de Hegoalde como de Iparralde. Hoy es el día en el que en Gasteiz se pueden cursas estudios en la Academia de Folklore y el Conservatorio de Música Jesús Guridi, antes de pasar al Centro Superior de Música del País Vasco, Musikene.

A esto se une un tercer vértice esencial, la composición para txistu. “En el siglo XX hubo mucha”, también de la mano de creadores de relevancia como Luis Aramburu y Jesús Guridi. A ello hay que sumar la labor de personas como Azkue y Aita Donostia. quienes recopilaron no pocas melodías por todo el País Vasco.

La agrupación actual en un ensayo en Musiketxea. Alex Larretxi

La aparición de Euskal Herriko Txistulari Elkartea –cuya primera asamblea tuvo lugar en 1927– también ayudó en este camino. La mencionada revista Txistulari tiene publicadas miles de páginas con composiciones”, a lo que hay que sumar la convocatoria de distintos concursos de composición y la labor de entidades como Silboberri Txistu Elkartea.

En la actualidad “se sigue componiendo” además para formatos nuevos y diferentes. “Todo suma”, también la Banda de Txistularis de Vitoria, que a lo largo de su historia ha hecho encargos de obras. “Lo más importante es que el instrumento sigue evolucionando”. Para la Banda Municipal de Txistularis de Vitoria-Gasteiz, otros cien años están por venir.