El caos que contiene el potencial de vida. De forma muy resumida y en muy pocas palabras, ahí está la definición de Nun en la tradición egipcia. “Yo soy un tanto caótica”, sonríe Arian Herrero. Además, ese gusto por los mitos no es baladí. Al escuchar algunas de sus canciones queda claro. Por eso es el nombre que ha elegido para el proyecto en solitario que ha comenzado de la mejor manera posible, siendo finalista de la undécima edición del certamen Rockein y llevándose uno de sus galardones (Eskarabillera), que le permitirá actuar en el MAZ Basauri. Todo ello en un concurso que al que este año se han presentado 191 bandas y solistas. Entre todos, ella ha sido una de las elegidas. Una diosa con premio.

De la vivencia del certamen, cuya final tuvo lugar en el Social Antzokia de Basauri aunque también se pudo seguir a través de YouTube –donde todavía se puede ver–, Nun asegura llevarse “amistades, experiencias propias y de otros músicos, y, sobre todo, el hecho de darme cuenta de que esto es algo que, de verdad, me hace sentir bien”. Eso a pesar de que reconoce que antes de subirse al escenario estaba bastante nerviosa. Pero fue encontrarse con el público –había unas cuantas caras conocidas llegadas desde Vitoria– y todo cuadró como debía.

Eso a pesar de que la cantante, guitarrista y compositora se saltó un tanto el protocolo establecido. “Fui la primera en hacer la prueba de sonido y estuvimos como unos diez minutos solo con el micrófono del ukelele”. Sin embargo, a la hora de la actuación, decidió coger el instrumento e irse a las escaleras del escenario para estar cerca del público y cantar con los presentes. “Eso hizo muy especial la actuación. Sé que lo quiero hacer más en el futuro, aunque cuando acabé la actuación lo primero que hice fue ir a pedirle disculpas al técnico de sonido”.

Mitos en el siglo XXI

Nacida en Sestao, Herrero lleva desde que tenía 14 años viviendo en Gasteiz. Siempre la música ha ido acompañando el camino. El ukelele cayó en sus manos el primero. Luego llegó la guitarra. Fue en el cambio de año de 2019 a 2020, antes de que todo se parara y cuando ella estaba dando los primeros pasos con el octeto alavés Soilik. Pero llegó la cuarentena, el encierro y “empecé a escribir un montón de canciones”.

“Me di cuenta de que en muchos temas hacía referencia a la mitología. Es algo que siempre me ha interesado. Las historias mitológicas no dejan de ser relatos que pretenden enseñarte algo. Así que quise hacer un proyecto personal en el que se mezclase la mitología con el hoy; por ejemplo, hablar del mito de Narciso unido a las redes sociales; o del mito Apolo y Dafne para hablar de la obsesión pero llevada al hoy”, describe.

El camino con Soilik hizo que esa apuesta en solitario se quedase apartada. “Seguía componiendo pero no me planteaba ser solista”, hasta que en junio de este año hubo una llamada de Rockein para ver si a la banda le podría interesarle inscribirse en el concurso. Pero la propuesta no encontró eco. Así que fue Nun quien hizo acto de presencia. “Me lancé pensando que no iba a sonar la flauta”. Claro que sí lo hizo. “Empecé a mirar la gente contra la que competía, y pensé ¿pero dónde me he metido?”. El final ya es conocido.

Con ese impulso, la mirada está puesta en grabar y difundir sus canciones a principios de 2024, sin perder de vista que al mismo tiempo trabaja y estudia. Esos temas ayudarán a seguir dando forma al proyecto pero también a encontrar nuevos conciertos. “En el Rockein aprendí muchísimo y quiero seguir haciéndolo”. Así, a finales de este año, va a tomar parte en los talleres de música que impulsa Hell Dorado, donde actuará el 4 de enero.

Será otra oportunidad de acercar al público una propuesta que “me gustaría que fuese más rock”, aunque ahora mismo “suena más pop”, a “baladas”, dice quien señala a artistas como Tash Sultana como referencia “en el sentido de que se puede hacer sola un concierto y captar toda la atención de la gente”. De momento, Nun ha conseguido empezar con premio.