“Caminamos en el borde entre la realidad y la ficción”, dice con una sonrisa Mariano Pensotti. De hecho, menciona cómo después de algunas representaciones de La obra, el público busca en Internet lo que se le ha contado en un espectáculo que, en principio, parece responder a los fondos y las formas del llamado teatro documental. Si es ficción o no, mejor dejarlo para quienes esta tarde acudan al Principal.

La cuadragésimo octava edición del Festival Internacional de Teatro de Gasteiz cierra hoy su primer mes de andadura y lo hace con la presencia de otra compañía llegada desde el otro lado del Atlántico. En este caso, desde Argentina, aunque este montaje todavía no se ha visto allí.

La actuación de hoy supone, además, el estreno del grupo en tierras vascas. La cita va a ser a partir de las 19.30 horas en el centenario edificio de la calle San Prudencio, donde todavía quedan algunas entradas disponibles, aunque tampoco muchas porque no se ha abierto, por lo menos de momento, el segundo anfiteatro.

Sobre las tablas estarán esperando Rami Fadel Khalaf, Alejandra Flechner, Horacio Acosta, Susana Pampin, Pablo Seijo y Diego Velázquez, que irán desgranando una producción en la que juega también un papel importante la escenografía, que va girando durante la representación, un diseño que, como explica Pensotti, encuentra inspiración en diferentes cuadros de Velázquez.

Lo que puede ser e igual no es

El arranque de La obra es la existencia de Simón Frank, un polaco de origen judío que termina en Argentina a principios de la década de los años 60 del siglo pasado. Es una persona singular, que decide hacer una obra de teatro sobre su vida, su supervivencia a los campos de concentración y su periplo vital desde su lugar de residencia.

A ese pasado reciente mira Walid Mansour, un director de teatro libanés que, intrigado por el proyecto, decide viajar a Argentina para conocer de primera mano esta iniciativa. “En todo momento el público tiene la sensación de que todo lo que ve es real”. Tal vez sí. O igual no. También el concepto de las fake news tiene su papel en este reparto.

Pero ante todo, la compañía busca compartir con los espectadores una reflexión sobre las huellas de la violencia, sobre “algunas capas de violencia que componen las sociedades”. Pensotti recuerda que Argentina fue lugar de destino de no pocos nazis tras la Segunda Guerra Mundial. También que es el país que cuenta con la comunidad judía más numerosa de Latinoamérica. “Lo que está ocurriendo ahora mismo está, lamentablemente, dando una nueva capa de lectura a La obra”, dice el autor del texto y director de la producción. l