Su fotosenbilidad de niño formó su personalidad observando las grietas de las cosas y así inventarse el mundo en miniatura a través de las rendijas de luz. El resto lo hicieron los materiales de su casa: azulejos rotos, mercromina o cercos de vasos de cerveza. Autodidacta y artesanal, es un alquimista con el motor curioso de todo experimentador: “El arte puede ser cualquier cosa siempre que existan ojos de artista”, indica. “Es cuestión de antenitas”.

¿Su arte nace de un instinto natural o de la naturaleza?

Y de los errores claro, como las resinas o el látex hasta que encontraba los materiales que ofrecían las texturas que buscaba.

¿Dónde encuentra la inspiración?

En el campo. He visto estropearse los elementos de la naturaleza. Desde florecitas, ramas o bichos, viendo cómo en la putrefacción hay una belleza increíble. Ahí descubrí un universo y fue cuando empecé a intervenir y crear más allá de ese azar. 

“Soy un no-label. Todo está fusionado en mí. Me define la palabra ‘mutante’”

¿Cómo intervenía?

Por ejemplo, quemando plásticos después de que se hubiera caído uno de la chimenea, verlo alargarse y cambiar de forma. Después vi a artistas que hacían cosas muy parecidas pero nunca me fijé en nadie, evolucioné a partir de mucha experimentación, con un montón de elementos, como botellines de agua.

¿Cómo se definiría?

No-label, creo que en mi todo está fusionado. Me define la palabra ‘mutante’.

Vidal tiene en su haber 30 exposiciones individuales y 100 muestras colectivas. O. González

¿Y el significado de la creación final?

Todo me sirve de reflexión. Que el viento mueva la piezas, porque nada es estático, veo lo efímero, el cambio del color en las piezas tocadas por el sol...

¿Cómo acoge un artista la IA? ¿Es una invasión o una oportunidad?

Puede ser un arma de doble filo, poderosa, depende de quién tenga el gatillo. Hay mucho negocio. Cuando sea más fuerte naufragaremos y, no será para mal, porque nos daremos cuenta de que fue todo un espejismo. Vamos a donde tenemos que ir, nos lo estamos ganando a pulso. Y para ser feliz, como los monos: no oir, no ver, no hablar. La IA será para el arte, o un arma muy potente como fue la Inquisición, o una flor en el cemento.

Prolífico

Eclecticismo. La obra de Juanma Vidal (Huelva, 1961) se compone de una producción compleja: desde la pintura a la escultura pasando por el video, la fotografía o espacios alternativos. Ha expuesto en Alemania, Finlandia o Japón con creaciones que incursionan en el Land Art entre otras disciplinas.