Es hora de cerrar la bilogía iniciada con Los crímenes de Chopin (Planeta). Blue Jeans regresa a las librerías con un thriller que sigue mirando también a esos lectores jóvenes que le encumbraron en el inicio de su trayectoria. La última melodía de Chopin es ya su decimosexta novela, una obra que presenta este viernes por la tarde en Astrolibros 2, un espacio que el autor ya conoce.

Su última visita a Astrolibros fue en 2019, cuando nadie podía imaginar nada sobre una pandemia. ¿Todo lo vivido durante estos tres años, ha cambiado algo al Blue Jeans escritor?

–A todos nos ha cambiado un poco el tema de la pandemia. El estar encerrados, las mascarillas... es inevitable. En mis novelas he intentado no meter esta cuestión. La acción de los libros que escribí durante la pandemia la he ubicado antes del covid y estos últimos la he trasladado a después, cuando ya ha pasado. Lo he hecho así porque he pensado que ya teníamos todos bastante como para meter la pandemia en estos libros. A nivel mental y físico, me ha afectado como a todos. Incluso en mis rutinas de escritura porque siempre suelo irme a cafeterías y en este tiempo he estado escribiendo en casa.

En aquella ocasión acudía a Vitoria para presentar ‘El puzle de cristal’ y hablaba del reto que suponía adentrarse en el thriller tras años dedicado a una literatura juvenil diferente, más romántica. Parece que la apuesta funcionó porque en ella sigue.

–En esa época todavía no se sabía cómo iba a ir todo, cómo iba a ser recibido ese cambio. Cuidado, sigo haciendo novelas muy actuales en las que sigue habiendo jóvenes. Pero también hay adultos. Ese es el gran giro. Me siento muy cómodo escribiendo thriller. También estaba bien con lo otro, pero abrí este camino y la verdad es que se ha incorporado gente nueva a mis libros y en ellos sigue gente que me conoció con, no sé, Canciones para Paula. Estoy a gusto y muy contento con cómo ha quedado la biología que ahora completo con La última melodía de Chopin.

Un libro en el que los lectores se van a encontrar...

–Al principio, las respuestas que quedaron pendientes en la anterior novela. Tenía un final muy abierto y no se anunció que iba a haber una segunda parte. Eso hizo incluso que hubiera gente algo enfadada. Pero bueno, cosas que pasan. A partir de ahí, ya te digo, se solucionan algunas cuestiones del anterior título y se abren otras tramas nuevas. Sigue siendo Sevilla la ciudad en la que se desarrolla la historia y están personajes de la primera novela, aunque se suman nuevos.

Se busca, sobre todo, entretener.

–Lo principal en estos libros es que el lector esté desde el prólogo hasta el epílogo enganchado. Es muy difícil mantener al lector despierto. Evidentemente hay personajes que están viviendo historias complicadas. Hay escenas duras, fuertes. Cuando escribes una novela de misterio e intriga, lo que pretendes es jugar al lector a que sea el detective. Que llegue al final intentando saber quién es el culpable, aunque tú le sorprendas con un último giro. Ahí está la gracia de este tipo de novelas, en jugar con la mente del lector.

Pero hay lectores muy quisquillosos, muy de ‘voy a pillarte, Blue Jeans’.

–Sí, sí (risas). Pero a mí me gusta. Lo que pasa es que hay cosas que son imposibles. Aunque quieran, siempre me guardo alguna carta. El que te dice que lo ha averiguado todo suele ser el que en cada capítulo tenía un posible culpable. Si alguien tiene esa habilidad para meterse en mi cabeza, en vez de yo en la suya, perfecto. Me habrá derrotado (risas).

¿Qué es más complicado: una novela de este tipo que mantenga el ritmo o hacer que todo sea coherente para que ese final sea creíble tras el último giro?

–Es complicado todo. El ritmo es muy importante. Se tiende a pensar que todo el libro tiene que ser en alto, que tienes que ir de sorpresa en sorpresa. Pero al lector también le tienes que dejar descansar, tienes que hacer capítulos en los que pueda respirar un poco. Si no, terminas cansándolo y la sorpresa de verdad queda desactivada en parte. Y encajarlo todo es muy difícil, sobre todo cuando tienes una historia con varias tramas. Que todo tenga sentido y quede explicado es muy difícil. Pero ese es nuestro trabajo. Por eso le dedicamos tantas horas.

Pero cuando uno lleva 16 novelas, ¿esto ya saldrá solo, no?

–(Risas) Para nada. Al contrario. Lo que tienes miedo es a repetirte. Son muchas novelas, muchos personajes y no sabes si estás repitiendo un diálogo o una situación. A veces incluso puedes equivocarte de personaje. A lo mejor otros autores tienen más facilidad que yo, pero yo con cada libro doy el máximo. Cada novela termino exhausto. Escribo todos los días muchas horas. No me sale nada solo (risas).

En estos encuentros como el de Vitoria, seguro que hay quien le pide consejo para ser escritor.

–Lo principal es que nadie se obsesione con publicar. La gente piensa que todo es publicable y que todo el mundo al que le gusta escribir tiene que publicar. Esto tiene su momento, sus tiempos y sus pasos por muchas fases. Tienes que escribir porque te gusta y necesitas escribir. Y hay que ser muy buen lector antes de ser escritor. Eso es fundamental, además, leyendo de todo. Y luego no publicar de cualquier manera. No publiques a cualquier coste o de cualquier manera. Además, es importante que cada persona encuentre su estilo. Por último, si consigues llegar y publicar, no vayas pisando a nadie por el camino. Aprende cada día e intenta mejorar con cada novela. Bueno, y ten mucha paciencia porque escribir es, sobre todo, un ejercicio de paciencia.