Nieva sobre la calle Cuchillería. Es el segundo día que lo hace. Es 1933 y la capital alavesa está blanca. Mujercitas de Guernica empieza a relatarse y hasta que sus protagonistas regresen unos cuantos años después a Gasteiz van a suceder no pocas cosas. Para empezar, un alzamiento militar, una guerra, un bombardeo... El nuevo libro de la escritora Olga Fernández Txasko ya se encuentra disponible.

Blanca y sus tres hermanas son el eje de un argumento que está inspirado “en la vida de mi amama”. También por ello, la autora reconoce que “he llorado escribiendo”. Pero ahora es el momento del público, de quienes se asomen a estas páginas, con las que se busca, ante todo, emocionar. “Me gustaría que la gente se metiera de lleno en la historia, que se enganche y le ayude a entender que da igual lo que nos pase en esta vida, que el mundo sigue y merece la pena vivirlo. Resiliencia es la palabra clave. Da igual lo que vivas, todo nos aporta, de todo se puede aprender”, describe.

Desde la realidad a la ficción, entre otras cosas “porque no conozco toda la historia de mi amama realmente. Para empezar, porque tuvieron prohibido durante mucho tiempo hablar de lo que había pasado en Gernika. Incluso en los periódicos de Vitoria de la época aparece que en realidad los guerniqueses habían quemado la localidad. Si decían lo que habían vivido, tenían un grave problema. Además, el dolor que tuvieron que vivir tampoco lo pudieron gestionar del todo”. Por fortuna, gracias al relato de George L. Steer, se pudo saber la verdad de un hecho que marca este argumento aunque en realidad sea un engranaje más de la historia.

Jóvenes en un conflicto

Tanto Blanca como sus hermanas llegan a Gernika desde Vitoria por el trabajo de su padre. Pero ese 26 de abril de 1937, él está en la capital alavesa. De hecho, tras el bombardeo ellas ya no saben más de él. Tienen que escapar del horror que viven y empiezan un periplo que les lleva primero a Laredo y, desde allí, al exilio en Francia. Pero no dejan de ser unas chicas jóvenes.

“Son unas niñas que toman decisiones de personas adultas”, mujeres que pierden a su madre, que no saben si su padre está vivo, que “maduran en medio de una guerra y una posguerra”, que crecen intentando regresar a su ciudad natal, a Vitoria. “La novela pretende mostrar el horror y la incertidumbre y cómo estas pueden afectar a la mente y al espíritu, pero también muestra la importancia del lado más femenino del amor, la familia y la amistad, bálsamo en momentos de dolor y desesperación”.

Hasta el momento, la escritora ha sido conocida por las diferentes publicaciones de autoayuda que ha ido compartiendo a lo largo de los años. Da, ahora, un paso nuevo y diferente, aunque apunta que “esta novela viene porque después de ver quién era yo realmente, me he podido quitar todos mis miedos y fantasmas, me he atrevido a hacer lo que siempre me ha gustado, que es contar historias. Esos libros de autoayuda, a la primera que le han servido es a mí”.