“En realidad, el poema no existe”. Es diferente en la cabeza de cada persona. Por eso, encuentros como el de este viernes en la capital alavesa “son una posibilidad muy interesante de ver cómo se va transfigurando tu propia obra”, apunta Olalla Castro Hernández. La escritora, además de cantante y compositora entre otras facetas, es la protagonista de la penúltima Cita con la Poesía de esta temporada, que se producirá este 21 a las 19.00 horas en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa, siendo el acceso gratuito.

Será la ocasión para adentrarse junto a la propia creadora en sus cuatro últimos poemarios: Bajo la luz, el cepo, Inventar el hueso, Todas las veces que el mundo se acabó y Las Escritas. “La escritura es un oficio solitario y tener la oportunidad de confrontar las opiniones y las miradas de otras personas es muy enriquecedor”, más allá de que en algunas ocasiones “te llegan a sorprender algunas interpretaciones, que pueden estar incluso absolutamente alejadas de mi intención al escribir”, dice la autora granadina.

Sea a través de la poesía, del relato, de sus ensayos, del papel como columnista, o de su camino en la música, hay un hilo en todo lo que hace, “también en el resto de aspectos de la vida”, y que pasa por “procurar generar un nosotras que nos ayude a transformar el mundo, que sabemos que está en manos del poder. A cada una de nosotras, las desposeídas, nos atraviesan una serie de ejes de opresión y explotación, y yo estoy en esta vida para intentar combatirlos y transformarlos en todas las dimensiones”.

Consciente de que el encargo se puede presentar como imposible, “no por eso tenemos que dejar de intentarlo”. Eso sí, la autora subraya que “no solo intento transformar el mundo a través de la escritura sino en la calle, que es donde hay que hacerlo. Cada vez hay menos gente dispuesta a hacer una militancia activa y a salir a conquistar derechos. De un impulso revolucionario casi mejor ni hablamos porque parece impensable. Pero como mínimo, hay que estar en la calle. Por lo menos salgamos y mostremos nuestro desacuerdo presionando a los poderes fácticos. Nos está comiendo la fábula capitalista del individualismo y está llegando también a toda la gente que está atrincherada en sus casas desarrollando su supuesta militancia solo a través de las redes sociales”.

En esa acción, “poesía y música son herramientas útiles pero no pueden ser las únicas. No vas a cambiar el mundo con canciones y poemas. Lo que sí que puedes hacer es generar cierta conciencia política o crítica”. En este sentido, Castro Hernández defiende que “me interesa la poesía que tiene una dimensión reflexiva, filosófica y una vocación social”.

Reconocimientos

Así lo describe una creadora que atesora no pocos reconocimientos en su trayectoria, más allá de que admita que “para mí los premios son una forma de subsistencia. Mi trabajo es ultraprecario y hago de todo para llegar a final de mes, así que las distinciones son una manera de tener un dinero que me permite escribir el siguiente libro. Si no, dudo que me presentase porque los certámenes tienen una parte con la que no me siento demasiado cómoda”.

Sucede algo parecido con todo lo que, sobre todo de un tiempo a esta parte, se ha generado en torno al Día del Libro. “Está bien la visibilización del trabajo de las escritoras. Pero me gustaría que se diera una imagen más real que hable de la precariedad en la que trabajamos y que hubiera un apoyo institucional firme en lugar de tanta parafernalia comercial”. l