Espacio y mujer. Son dos conceptos muy presentes en la trayectoria creativa de Nefer Olaizola. En cuanto a la primera idea, “creo que también es una cuestión generacional porque muchas veces sentimos que somos una generación un poco perdida, que profesionalmente nos ha costado mucho avanzar, que nos cuesta encontrar nuestro lugar. Parece que tenemos existencia pero no esencia”. En lo que se refiere a la segunda, apunta que “tanto en el arte como en el deporte siempre he notado diferencias por ser mujer”, así que ambas “son cuestiones que siempre tiendo a incorporar en mis obras”. Es el caso, por supuesto, de Onsen Oasia,

La instalación audiovisual, que cuenta con el aporte musical de la intérprete Itxaso Navarro, la artista gasteiztarra toma como punto de partida el baño tradicional japonés y su relación con la naturaleza, para generar en Zas Kultur un lugar de intimidad para las mujeres, un oasis dentro de la sociedad patriarcal, según explican desde el espacio de la plaza San Antón.

“Es ir a un lugar donde podemos estar solas, tener un momento para repensar muchas ideas sobre el patriarcado, el acoso…”

Transformar la pieza

Aquí es donde la instalación se puede visitar hasta la próxima semana, como parte de las tres ayudas a la creación de jóvenes locales que está apoyando la convocatoria Gaztearen Txokoa. Bueno, se puede entrar en ella y, si se quiere, tomar parte en su transformación, como ya han hecho algunas personas. “Ahora he vuelto tras unos días fuera de Vitoria y me he encontrado intervenciones que me han parecido muy interesantes. Me gusta que la gente lance preguntas al igual que lo hago yo”.

Así, Olaizola propone un momento para la reflexión sobre cuestiones actuales como el maltrato a la mujer, la violencia, el acoso… pero no en el plano de lo social, ni siquiera en el del hogar. “No solo sufrimos acoso en lugares que compartimos con otra gente, muchas veces nosotras mismas también tenemos estas cosas en la cabeza en momentos íntimos. Me pregunté cómo podía abordar eso, como podía hablar de esa intimidad, de ese instante en el que estás a solas contigo y en el que te planteas una serie de interrogantes” y ahí apareció ese lugar del baño, aunque sea uno diferente, uno con “un aspecto mucho más profundo y un poco místico” en el que “repensar muchas ideas sobre el patriarcado, el acoso…”.

El público puede intervenir en la propuesta, la segunda que se lleva a cabo dentro de la nueva convocatoria Gaztearen Txokoa

La autora sigue así la senda marcada por otras instalaciones inmersivas como Leihoa inarrosten, que presentó el año pasado. Obras –en aquel caso centrando la mirada en las artistas tomando como principio Una habitación propia de la escritora Virginia Woolf– en las que queda claro que “no hemos evolucionado tanto como a veces pensamos”. Se habla mucho, pero se hace poco.

Es una realidad frente a la que Olaizola quiere aportar su grano de arena. “Quiero que las mujeres que entren en Onsen Oasia se replanteen si de verdad tienen estos espacios. Es verdad que en diferentes aspectos parece que no solo no vamos hacia delante, sino que estamos retrocediendo. Muchas veces las mujeres no somos ni siquiera conscientes de si tenemos espacios de verdad”.