El 9 de noviembre llegará a Netflix la quinta temporada de la serie The Crown, que desde hace ya varios años mantiene pegada a la pantalla a una gran cantidad de espectadores que disfrutan y sufren a partes iguales siendo testigos del devenir de sus personajes. Sin embargo, muchos ojos tienen la mirada puesta un poco más allá, en la sexta temporada de esta producción y que probablemente será la última.

Y es que será en esta recta final de la serie en la que se emita el fallecimiento en la ficción de la princesa Diana de Gales, Lady Di, conocida como la princesa del pueblo. Son, en definitiva, muchos los nombres que describen a una mujer que aún hoy en día tiene un hueco en los corazones de muchos británicos, así como de ciudadanos de todos los países que la echan de menos. Y, precisamente por el hecho de que el mundo entero, y especialmente sus hijos William y Harry siguen de duelo por el fallecimiento hace 25 años de una figura que ha traspasado las barreras del tiempo, la revista Variety ha confirmado que hay “un fuerte deseo” dentro del equipo de producción de “hacerlo bien y manejarlo con sensibilidad”.

Sin ir más lejos, desde este semanario afirman en ese sentido que “se entiende que los creadores de The Crown no planean mostrar el momento del accidente”, que según ellos “retratarán escenas previas y posteriores”. Pero para eso aún queda un tiempo, y mientras tanto Netflix ya calienta motores para esta quinta temporada que también llega cargada de emociones. En ella, entrados ya los años 90, la familia real se va a enfrentar –explican desde la plataforma– al que posiblemente sea su mayor reto hasta la fecha mientras el público cuestiona abiertamente su papel.

Obstáculos

Se acerca el 40º aniversario de su llegada al trono e Isabel II (interpretada en la ficción por Imelda Staunton) reflexiona sobre su reinado mientras se enfrenta a los nuevos obstáculos que se encuentran en el horizonte. “El colapso de la Unión Soviética y la transferencia de la soberanía de Hong Kong apuntan a un cambio radical en el orden internacional que supone tanto desafíos como oportunidades. Entretanto, se cuecen problemas en un ámbito mucho más privado”, resumen desde Netflix. Y es que la serie ha llegado al momento en el que el príncipe Carlos (Dominic West en la serie) presiona a su madre para que le deje divorciarse de Diana (Elizabeth Debicki), algo que “causa de una crisis constitucional de la monarquía”. Las tensiones irán en aumento con la aparición de Mohamed Al Fayed (Salim Daw) que, decidido a que lo acepten en los círculos más exclusivos, “recurre a la fortuna y el poder que ha amasado con objeto de ganarse un puesto para él y otro para su hijo Dodi (Khalid Abdalla) en el seno de la realeza”.