El imponente retablo dedicado a la Asunción de la Virgen que Tiziano realizó en 1516 para la basílica de Santa María dei Frari de Venecia luce desde ayer renovado gracias a una restauración que lo ha mantenido oculto en los últimos cuatro años.

Durante las labores se aseguraron las condiciones de la pintura, de 28 metros cuadrados, y también se arregló la pared del ábside en el que se encuentra y su marco de piedra, según un comunicado del templo, que custodia la sepultura de ese maestro de la pintura.

El retablo de la Asunción ya había sido objeto de dos importantes restauraciones en 1816 y en la década de los 70 del siglo pasado pero ahora ha recuperado su vivo e impactante cromatismo, que impresionó a los llegados a aquella Venecia renacentista.

Todas las labores se han desarrollado in situ para no poner en riesgo esta obra maestra. Precisamente, uno de los arreglos que se han llevado a cabo ha sido retirar el órgano que a mediados del siglo XX se colocó justo detrás del retablo, sometiéndolo a indeseadas vibraciones.

Además, en el proceso se han encontrado a los lados del ábside dos ángeles prácticamente desaparecidos cuya autoría podría ser atribuida a Tiziano, aunque por el momento no hay certeza de ello.

La obra, óleo sobre tabla, fue encargada a Tiziano en 1516 por el fraile Germano, superior del convento de la basílica, y fue colocada en su ábside el 19 de mayo de 1518.

La pintura está dividida en tres escenas: en la parte baja pintó a los apóstoles con los brazos en alto sorprendidos por la Asunción; en el medio aparece la Virgen rodeada de ángeles y bañada por un fulgor de luz, mientras que Dios observa todo desde las Alturas.

El retablo de la Asunción es considerada una pieza clave en la producción juvenil del artista, de 28 años en el momento de su realización, y supuso su consagración entre sus contemporáneos. Precisamente a pocos metros de distancia se encuentra la tumba de Tiziano, muerto el 27 de agosto de 1576 y que dejó escrito su deseo de ser enterrado en la Basílica de los Frari, para la que preparaba su última obra, una Piedad que no logró terminar.