Siempre hubo alguien antes. Siempre. Pero en demasiadas ocasiones, su memoria, su huella, sus acciones, sus logros, sus errores, su tiempo quedan en el limbo. Y se pierden. Ese olvido es un lastre que muchas veces ni se quiere ni se puede calibrar. Frente a eso, hay quien decide no seguir la corriente y apuesta por, de vez en cuando, mirar hacia atrás para saber valorar lo que fue y así entender mejor lo que es. También en la música. También en Gasteiz. “Solo soy una periodista”, dice Elena López Aguirre. Cierto, pero no solo eso. Durante los últimos seis años se ha dedicado a realizar el documental Bajando la colina. De las orquestinas a los conjuntos. Vitoria 1940-1980 incluso entre quienes no quieren escuchar.
El trabajo se estrena la próxima semana en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa. Se va a hacer en tres días consecutivos, proyectando en cada jornada un capítulo diferente. Así, el público podrá recorrer desde las 17.00 horas todo ese arco temporal que es testimonio también de la propia evolución de la sociedad alavesa, de sus formas de relacionarse, de expresarse, de fijar prioridades tanto individuales como colectivas, de comunicar sentimientos, reflexiones e ideas. “Hoy a muchos les puede parecer extraño pensar en una Vitoria en la que cada fin de semana había trabajando 30 orquestas”.
Eran tiempos, en los años 40, “en los que la figura del músico estaba cerca de la del artesano”, explica la periodista, que se ha encargado de todas las facetas del documental, desde la realización de las entrevistas hasta la postproducción pasando por todos los pasos de una obra audiovisual que también bebe de los fondos fotográficos del Archivo Municipal Pilar Aróstegui y del Archivo del Territorio Histórico de Álava.
El resultado final, que ha sido producido por la asociación cultural Aianai, está estructurado en tres capítulos, de una hora y media de duración cada uno, que recoge de primera mano la historia de los músicos que tocaron en pueblos, plazas, santos de calle, salas de fiestas y discotecas, desde los años 40 hasta finales de los 70. Su autora ha realizado 50 entrevistas a otros tantos músicos y protagonistas de aquella época. El trabajo se completa con el testimonio de los familiares de aquellas personas ya fallecidas.
El arranque del documental profundiza en las trayectorias del violinista Casto Guzman, del famoso trío de payasos Los 2 Álava, así como de Pedro Alarcia, Luis Lacalle, Jesús Bengoa, Carlos Gracia, José Mari Gamarra, Cosme Fuentes, Chelís Onaindía, Pepe Fuentes, Ioni Díaz de Arcaya, los hermanos López de Luzuriaga, los hermanos Zubía y los hermanos Alegría.
Después la autora ha entrevistado al grueso de los conjuntos de los años 60, los que vinieron a retirar en cierta forma a las orquestas de saxos y trompetas con el rugido de sus guitarras eléctricas, cuando el mundo dio otra vuelta de tuerca y la juventud clamó por sus derechos. Aster, Benar’s, Omicron, Junker’s, Pájaros Azules, Green River, Warning Sabath, The Wodman, Formis… No faltan referencias a Amets, Los Gatos, Josetxu Alfaro, Ricardo Urrutia, Alberto y Nando de la Casa y al primer Gaztetxe.
“Este es un trabajo paciente, humilde, sin pretensiones, un producto cien por cien global, repleto de trabajo de campo, entre la antropología y el periodismo, que debemos recibir como lo que es, un verdadero regalo para quienes lo protagonizaron, y un toque de atención para los jóvenes, que siempre piensan que el mundo comienza con ellos”, manifiesta su directora.