- Teresa Berganza, la mezzosoprano madrileña de fama internacional, con una extensa carrera musical y docente, falleció ayer a los 89 años, según confirmaron sus familiares. También señalaron que que no habrá velatorio ni capilla ardiente.
Su muerte vistió de luto al mundo de la ópera, que reaccionó unánime al destacar su extensa carrera y su calidad vocal “una de las voces más legendarias de todos los tiempos”, reseñado el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem).
Nacida en Madrid en 1933, y con un casticismo del que siempre alardeó y que aplicó también a la zarzuela, Berganza paseó su voz por la Scala de Milán, la Ópera de Viena, el Covent Garden de Londres o el Metropolitan de Nueva York.
Antes de elegir el canto estudió piano, armonía, música de cámara, composición, órgano y violonchelo en el conservatorio de Madrid. Fue académica de Bellas Artes de San Fernando, la primera mujer que ingresó en dicha institución y, entre otros, obtuvo el Premio Nacional de Música o el Príncipe de Asturias de las Artes (1991).
Se formó en el Conservatorio de la capital y al finalizar sus estudios de música, solfeo, piano y canto fue reconocida con el premio Lucrecia Arana en 1954. Su primera actuación pública tuvo lugar en 1955 en el Ateneo de Madrid, pero su gran debut se produjo dos años después en el Festival de Aix-en-Provence (Francia). El éxito como la Dorabella mozartiana de Cosi fan tutte fue rotundo y la prensa la elogió como “la mezzosoprano del siglo”.
En 1989, tras 14 años de ausencia, reapareció en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, donde cosechó un éxito sin precedentes.
Otros momentos especiales de su trayectoria artística fueron sus actuaciones en la ceremonia inaugural de la Exposición Universal de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. También fue una de las invitadas estelares de la reapertura del Teatro Real en 1997, tras su gran rehabilitación.
Teresa Berganza, que ha actuado junto con su hija, la soprano Cecilia Lavilla, en diferentes ocasiones, comenzó a dedicar más tiempo de su vida a la docencia musical desde finales de los 90. En noviembre de 1999 relevó al tenor Alfredo Kraus, que había fallecido en septiembre, al frente de la Cátedra de Canto de la Escuela Superior de Música Reina Sofía.
En 2005, por sus 50 años en la música, el selló discográfico Deutsche Gramophon editó el álbum “Brava Berganza!: A birthday tribute”, y tres años más tarde impartió lecciones magistrales en el Palacio de Festivales de Santander junto al músico japonés Tsuyoshi Tsutsumi.
En 2008, la cantante madrileña anunció que se retiraba de los escenarios. Estuvo casada con el músico Félix Lavilla y era madre de tres hijos.
La muerte de Berganza generaó numerosas reacciones de teatros, instituciones y compañeros han dejado sus mensajes en recuerdo a quien se han referido como “una de las grandes cantantes del siglo XX”.
El director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch, señaló que Teresa Berganza es una de las más grandes cantantes de la historia de la música por la “maravilla que era su voz y su increíble técnica”.
El Teatro de la Zarzuela la recordó en Twitter por sus actuaciones: “Nuestra amada Teresa. Esa voz que llevó nuestra música hasta donde nadie hubiera imaginado. Que convirtió cada nota, cada romanza, cada aria en patrimonio irreemplazable. Nuestra Teresa que en este Teatro de la Zarzuela ya siempre va a reinar. Sigue volando alto”.
También el Círculo de Bellas Artes ha expresado su pesar por la muerte de Berganza, a la que se refirieron como “una de las más grandes cantantes de ópera del siglo XX”. Berganza recibió en 2018 la Medalla de Oro del Círculo.