Junto a David Sancho (piano y teclado), Virginia Alves (voz), Jesús Caparrós (bajo) y Alberto Brenes (batería), la flautista, compositora y productora madrileña Marta Mansilla regresa a la capital alavesa. Eme Eme Project presenta su primer disco, Pacemaker, este domingo en el Dazz, donde está previsto que la banda actúe tanto a las 18.00 como a las 20.00 horas, quedando todavía alguna entrada disponible para ambas citas.
Fue en 2019 cuando visitó por primera vez el escenario del Dazz, aquella vez con Jaby Sánchez. Solo ha pasado una pandemia de por medio.
-Aquella vez estábamos presentando el disco que había hecho Jaby Sánchez, Acuarela de paso. Aunque la implicación era a partes iguales, la parte compositiva y la propuesta en sí era suya. Ahora voy con mi propio proyecto, con mis temas porque soy la compositora principal junto a David Sancho y Virginia Alves.
¿Cómo han sido estos dos años?
-Pues aunque había algún tema pensado antes, la mayor parte de los que componen Pacemaker están hechos después de marzo de 2020. A pesar de las dificultades, lo cierto es que los meses de encierro fueron bastante creativos. En 2021 aprovechamos para grabarlo y para hacer el trabajo de postproducción con tiempo porque queríamos un sonido que englobase a todos los cortes del disco porque dentro de él nos encontramos composiciones bastante distintas. Ahora toca ir de gira y presentarlo, y tenía claro que quería volver al Dazz.
Aquí son dos conciertos seguidos en los que la atención se centrará en el disco o ¿habrá tiempo para alguna otra cosa?
-Nos vamos a centrar bastante en el disco porque es un álbum extenso. Además, aunque haya dos pases, no creo que la misma gente vaya a ambos, aunque sé que mis padres van a ir (risas). Le hemos dedicado mucho tiempo a la composición y a configurar un show, y creemos que la gente va a disfrutar. Claro, dentro de cada tema hay mucho protagonismo de la improvisación. Eso es lo que hace que cada concierto sea único. Hombre, puedo decirte que a lo mejor hay alguna sorpresa porque cuando vamos a determinados sitios siempre nos gusta hacer algún guiño a quien nos programa.
No es Marta Mansilla una compositora e intérprete de un único estilo. Todo lo contrario. ¿Qué sonido tiene Eme Eme Project?
-Dentro de todos los palos que he estudiado y he tocado, en este proyecto confluyen muchas influencias y se dan la mano. Aquí se encuentran sonidos del jazz de vanguardia con el hip hop que recuerda a Robert Glasper o Erykah Badu, con el new soul, con el soul como tal, incluso con el góspel, y con el funk por supuesto. Es verdad que tenemos algún tema un poco más en la onda del smooth jazz puro y duro. Es cierto, y lo sé, que me puedes decir: ¡qué batiburrillo! Pero no lo es. Todas estas influencias están en mi música pero están trabajadas desde mi prisma, y desde el del grupo, y eso es lo que hace que todo tenga conexión. Eso hace que cuando escuchas la música no notes nada metido con calzador, sino que cada cosa está ahí de manera natural. Además, la manera en la que nosotros tocamos hace que los temas tengan una pátina que le da a todo sentido.
¿Es un grupo para mirar al largo plazo o un proyecto más que ya se verá qué camino tiene?
-Yo estoy en muchos proyectos como sideman. Pero no podemos olvidar que yo soy flautista. Y por mucho que queramos y que existan referentes que hagan ver que la flauta puede estar en muchos estilos, la verdad es que nos vemos obligados a sacar nuestros propios proyectos porque no podemos contar con que el resto quiera contar con una flauta en sus propuestas. No puedes esperar a que te llamen otros. Para mantenerte en activo, hay un momento en el que si también tienes una parte compositiva, tienes que generar tu propio trabajo para poder tocar. En ese sentido, Eme Eme Project lo veo a muy largo plazo. El resto de proyectos en los que puedo colaborar los veo secundarios porque no soy un instrumento requerido por mucha gente. Así que la apuesta es como te decía, a largo plazo y espero que con los mismos compañeros, aunque esto ya es un poco idílico. Al fin y al cabo, son musicazos que están en mil quinientas cosas.