Este concierto se ha intentado hasta en tres ocasiones. Y parece que ha llegado el momento de la verdad. Desde el principio de su carrera, Nita (Cristina Manjón) y Ale (Alejandro Acosta) siempre han tenido una estrecha relación con Gasteiz, a donde regresa Fuel Fandango con su último disco, Origen, en el recuerdo reciente -se publicó poco antes del confinamiento- y su nuevo EP, Romances, llamando a la puerta.

Vuelven a la sala Jimmy Jazz, donde no queda ni una entrada desde hace tiempo. A pesar de todo, qué mejor que regresar así, ¿no?

-No es un decir, lo sabe la gente de allí. Recuerdo conciertos en Vitoria desde nuestros comienzos que han sido maravillosos. El público que hay allí tiene una cultura musical increíble, que es algo que se agradece mucho. Eso que dicen de que el público del norte es más frío, no lo comparto. En Vitoria hemos estado en varias salas y siempre hemos sentido mucho calor. Así que siempre hay muchas ganas de ir, e incluso ahora, más.

Este concierto se tenía que haber producido cuando empezó el camino de ‘Origen’, pero todo quedó suspendido por el covid. Ahora, además, el dúo está en otro momento creativo. ¿Tiene que ser algo raro para los dos, verdad?

-Bueno, es que ha sido todo raro para todo el mundo. Y en el sector artístico, y en el musical en concreto, ha sido una jodienda que se pare en seco tu trabajo. Para los intérpretes y para quienes se dedican a hacer posibles las actuaciones de directo estos dos años han sido bastante duros. Ahora empezamos a ver un poco la luz. Nosotros, como decías, tuvimos la mala suerte de que esto nos llegó justo al arrancar un nuevo álbum, Origen. Pero también es verdad que cuando se empezó a poder hacer conciertos, montamos el formato con el que vamos a Vitoria, un formato más electrónico, que es muy íntimo e interesante, además de muy divertido.

¿Pero encuentran que ‘Origen’ todavía es parte de su presente, o se les ha quedado ya atrás?

-Sí, bueno, es que no nos queda otra (risas). Estamos terminando el EP Romances, que son cuatro, bueno casi cinco, canciones con diferentes colaboradores y artistas de la música nacional e internacional. Estos los mezclamos con los temas de Origen y con composiciones de los anteriores discos. Así que el concierto va a ser Fuel Fandango con un recorrido por todas las canciones que hemos hecho hasta la fecha, además en una versión más electrónica.

De hecho, acaba de publicarse hace nada ‘Un sonido’, el tema que han realizado junto a Iván Ferreiro. Está previsto que el EP se lance dentro de no mucho, en primavera. ¿Qué quieren que sea ‘Romances’?

-Esperamos lo mismo que hemos esperado siempre con nuestra música, que a la gente le sirva para olvidarse de sus problemas, para reflexionar, y para tomar un poco de aliento. Solo pretendemos transmitir emociones y mensajes que puedan ayudar a los demás.

Han contado con artistas como Ferreiro o La Mala. ¿Se amoldan ustedes a ellos o al revés?

-Ellos han puesto su sello dentro de nuestro universo, han dejado un trocito de su arte en Fuel Fandango.

Después de pasar por Vitoria llegan más conciertos, también en Londres o México, por ejemplo. Citas que les tienen que llegar con unas ganas tremendas de recuperar una agenda más o menos normal después de todo.

-Sí, sí. Pero también es verdad que en estos dos años no puedo decir que haya estado parada por completo. Incluso hace poco estuvimos en Estados Unidos. Dentro de lo que nos ha caído a todos, llevamos un tiempo en el que estamos pudiendo viajar y hacer conciertos. Pero si te soy sincera, lo que echo de menos es poder ver el público en condiciones, sin mascarillas y disfrutando como siempre. Es que yo también, cuando voy a los teatros o a las salas de conciertos, a disfrutar de otros artistas, quiero hacerlo sin ninguna mascarilla. Quiero poder bailar. Así que estamos deseando que a esto le quede poco.

¿Cree que todo lo vivido estos dos años, de alguna forma, les va a dejar un poso en lo artístico, en sus futuras creaciones?

-Sí, tanto a nivel artístico como personal. Esto es algo que ya lleva dos años en nuestras vidas y ha supuesto un cambio muy radical. Lo peor ha sido vivir con miedo y el hecho de que te coarten las libertades, el sentirte mal por estar disfrutando, por abrazar a otro ser humano. Eso conlleva una carga mental que, seas artista o no, te va a dejar poso. Pero también te digo que todo tiene su parte luminosa y es con lo que hay que quedarse, con el aprendizaje que hemos tenido.