- A Xabier Sukia le pilló por sorpresa que le ofrecieran participar en un casting para la televisión. Le sorprendió porque el era más de micrófonos que de cámaras. Estaba trabajando en Euskadi Irratia. Dice que le dio muchas vueltas ala posibilidad de convertirse en presentador. Al final se dio la oportunidad y hoy, junto a su compañera, está recogiendo los frutos de aquella apuesta de hace dos temporadas, las audiencias. Sukia es también bertsolari desde los nueve años, una actividad cultural que le apasiona.

‘Biba zuek!’ es un programa que ha sorprendido mucho en la parrilla de ETB-1 y se ha ganado a la audiencia.

—Eso parece. Yo soy nuevo en esto de la tele. En el tiempo que llevo he aprendido muchas cosas. Es nueva la tele para mí porque yo vengo de la radio. Yo sé poco de audiómetros, de shares, pero para los que tienen experiencia en los números de la tele parece que les está resultando sorprendente. A mí me parece interesante.

¿Cómo llegó un hombre de la radio a este programa de la televisión?

—Llevaba desde 2006 en Euskadi Irratia haciendo un programa de bertsolaris y trabajando de forma intermitente en otros magazines de la radio. Recibí una llamada y me preguntaron a ver si me interesaba presentarme en un casting. Me comentaron que había un proyecto para un programa que estaba pensado para emitirse por las tardes en Euskal Telebista, en ETB-1.

Y se lanzó a la piscina.

—Sí. Pero después de pensármelo mucho, pero en poco tiempo, dije que sí. Le di muchas vueltas, había que responder y sí, me lance a la piscina. Era un poco arriesgado y aquí estoy en un lugar que hace dos años desconocía.

Si tuviera que valorar la experiencia que está viviendo...

—Te diría que estoy muy contento con el cambio que he hecho. Estoy aprendiendo muchísimo. Cada día que he pasado en este programa me he ido sintiendo más cómodo. Lo estoy disfrutando también. Creo que acerté cuando decidí presentarme al casting, aunque ya te digo, le di muchas vueltas.

Y no es un cambio cualquiera. Aceptó estar de lunes a viernes dos horas delante de las cámaras. ¿Impresiona?

—Es un cambio increíble y claro que al principio te impone. Aunque no en televisión, sí que tengo contacto desde muy pequeño con el público. Soy bertsolari desde los nueve años. A esa edad me subí por primera vez a un escenario. He hecho un poco de teatro. Así que no me imponía tanto pensar que detrás de la televisión tenía un público que me estaba viendo desde su casa.

Entiendo que no es lo mismo, ¿o sí lo es? Da la sensación de que cuando se enciende el piloto rojo en un plató tiene que haber vértigo.

—Por supuesto que no, pero ayuda la experiencia. El bertsolarismo sí que ha sido un trampolín para mi carrera, para lo que estoy haciendo ahora. Preguntabas si sentía vértigo, pues no lo sé. Es que a mí me va un poco la marcha. No me daba miedo el pensar qué pasaría si salía mal. Las preocupaciones eran de otro tipo.

¿Por ejemplo?

—45 años y con tres niños en casa, con una familia. Mis preocupaciones eran: ¿Seguro que quieres ir a la tele? ¿Seguro que quieres cambiar? ¿Te conviene este cambio? ¿Te va a venir bien? ¿Te va a sentar bien? Mis dudas iban más por ahí que por si iba hacerlo bien o mal. Eran preguntas más personales y relacionadas con mi vida. Ahora puedo responder sin ningún tipo de reparo a esas preguntas: Estoy encantado.

ETB-1 es un escenario que se resiste a los resultados. Es un canal difícil en este sentido para los responsables de la cadena.

—Eso dicen. Euskal Telebista ha hecho una apuesta por hacer las tardes de la cadena en directo. Ha decidido hacer una televisión más fresca y cercana. Después del Gaur egun del mediodía casi todo es ya en directo. Eso se nota y se ve que hay gente en sus casas que quiere consumir este tipo de televisión. Hay quien estab deseando tener una oferta concreta, cuando esta ha llegado, la gente ha respondido. Pienso que van por ahí los tiros.

La mayoría de nuestros jóvenes entienden y hablan euskera. ¿Qué hace falta para que se conecten a ETB-1 de forma mayoritaria?

—En los datos que nos pasan a nosotros se resalta mucho la fidelidad que tiene Biba zuek en esas dos diarias de programa que va de lunes a viernes. Pero también nos indican que hay gente joven que se está interesando y que ve este programa. También es cierto que tenemos que ser realistas. La pregunta a hacer es cuál es el futuro de la televisión tradicional.

Una pregunta que llevaría a un reflexión muy intensa.

—Claro. Hay que preguntarse: ¿Hasta cuándo se va a hacer la televisión tal y como la hacemos nosotros? Habrá que ver los cambios que vamos a tener que hacer en un futuro muy próximo, seguro que son muchos. Pero yo no tengo esas claves, no tengo respuestas. Pienso que la televisión debe ir cambiando y transformándose para satisfacer al nuevo público si queremos que la juventud esté al otro lado.

¿Qué le llevó siendo un niño al mundo del bertsolarismo?

—El ambiente, el euskera, el mundo cultural en el que vivía... El bertsolarismo siempre ha sido una forma de expresión muy atractiva para mí.

¿Cómo definiría usted el bertsolarismo?

—Es pólvora. Al bertsolari le dan una palabra y en 30 segundos te canta un bertso relacionado con esa palabra y con un tema. Lo puedes cantar en varias melodías diferentes, puede ser más largo, mas corto. Hay un montón de ejercicios que se pueden hacer dentro del bertsolarismo. Es una actividad que siempre me ha resultado muy atractiva desde que era muy niño. Es una forma de expresarte muy arraigada en nuestra tierra y a nuestra cultura.

También suele ser patrimonio familiar, ¿no?

—Tampoco es que en casa me animaran a ser bertsolari. Recuerdo que tenía nueva años cuando en la ikastola de Orio pasaron un mensaje que decía: ¿Quién se quiere apuntar a hacer bertsolarismo? Yo levanté la mano. Pero nada más, nadie me obligó. Hasta hoy.

El bertsolarismo ha ido creciendo y hay mucho interés por esta actividad cultural.

—Muchísimo. Gracias a Euskal Herriko Bertsozale Elkartea. Es una asociación muy fuerte que está presente en todos los territorios de Euskal Herria, Iparralde y Hegoalde. Es una asociación que a nivel de campeonatos está muy activa. La disputa entre distintos bertsolaris le da mucha fuerza y vida. Pero además de esos campeonatos, es lo que más se ve y son muy bonitos, también es bonito lo que es menos visible y eso es lo que está pasando en cada barrio, en cada pueblo. Al año tenemos más de mil eventos de bertsolaris. Es algo que está muy vivo.

¿Cuál es la edad media de los bertsolaris en Euskal Herria?

—No sé decirte. Hay muchísima gente joven. En el campeonato de Euskal Herria, la txapeldun es Maialen Lujanbio, tiene 45 años. La primera txapela la consiguió en 2009, así que entonces tenía 33. Pero también tenemos campeonatos interescolares. Hay gente que canta bertsos a todas las edades.

¿Hay una edad para empezar en este mundo del bertso?

—Lógicamente, cuanto más joven empieces más aprendes, más chupas de todo ese magma que es el bertsolarismo. Hoy en día, la mayoría hemos empezado en nuestras escuelas. A nivel de género también es muy interesante, no es solo de chicos. Estamos mitad y mitad.

“Le di muchas vueltas a la oferta de presentarme para presentador de un programa de televisión, pero ahora lo estoy disfrutando”

“Empecé como bertsolari a los nueve años estando en la ikastola de Orio. Es un mundo apasionante y me gusta mucho”