En este presente que se vive de manera tan rápida, se suele olvidar o pasar por alto al mismo ritmo que el hoy es fruto de todo aquello que es pasado -incluso cuando el ser humano no era ni un proyecto-, un ayer que es imprescindible saber, valorar, investigar, analizar y conservar. Cultura, ciencia y conocimiento, tres palabras que deberían ser esenciales. En el campo de la investigación paleontológica en Álava, el gasteiztarra José-Carmelo Corral lleva años recorriendo un camino que también ha tenido su derivada en la publicación de artículos y otros textos y comunicaciones. Esta vez, eso sí, son dos libros los que toman protagonismo.
Por un lado, se encuentra Construyendo la colección paleontológica del Museo de Ciencias Naturales de Álava, un libro para explicar, desde una óptica personal, el origen del centro y de su significativa colección de fósiles. Por otro, en inglés, está Campanian sharks, rays and other fossils from a long-gone Basque-Cantabrian seauna obra para conocer los tiburones y rayas fósiles que vivieron en el antiguo mar de Álava hace unos 73 millones de años.
Aunque ambos se han hecho realidad en 2021 -se pueden conseguir escribiendo a la dirección de e-mail corral.arroyo@gmail.com-, el primer libro en tomar forma definitiva es el trabajo sobre la edad Campaniense a partir de los dientes fosilizados de tiburones y rayas encontrados en el territorio, más en concreto en los yacimientos de Gometxa y del Puerto de Vitoria. La obra, que es parte de la tesis del autor, llevará a quien se asome a sus páginas a un momento en el que casi todo el territorio está bajo el agua. “El límite del mar llegaría, más o menos, hasta Treviño. Allí, de aquella época, se han descubierto yacimientos de dinosaurios, es decir, animales terrestres”. Parece complicado pero solo hay que echar la mirada atrás entre 72 y 73 millones de años.
“Tal y como está escrito es un libro académico, para especialistas en paleontología que quieran conocer qué faunas había en el norte de la península ibérica, porque es un tema desconocido”, comenta Corral, quien gracias a su experiencia laboral durante muchos años para el Museo de Ciencias Naturales de Álava ha ido recopilando mucho material. Son los dientes de tiburones y rayas los que sirven como objeto de estudio. “Asombrosamente, son muy similares a los actuales. Si coges un tiburón actual del mismo género o de la misma familia, ves que los dientes son muy parecidos. En la historia evolutiva de los tiburones, su diseño final lo adquirieron en el Jurásico, es decir, un poquito antes que la edad de estos fósiles. Y fue un diseño exitoso”.
El trabajo profundiza en diversos aspectos, aunque Corral también señala que todavía queda por hacer más labor en los mencionados yacimientos alaveses, algo que no resulta sencillo por la propia acción del ser humano. Por ejemplo, en el caso del Puerto de Vitoria, con las obras de la variante para ir a Ventas de Armentia se taparon muchos lugares en los que poder investigar sin hacer un estudio premio. Y para Gometxa está proyectado tapar y sellar la cantera con los excedentes de las obras del TAV perdiendo así un “elemento científico importantísimo”.
En cuanto a Construyendo la colección paleontológica del MCNA, se trata de una obra más accesible al público en general aunque tiene su “lado museológico”. En estas páginas se cuenta cómo se creó la colección de paleontología, se relatan algunas anécdotas, y se habla de la evolución de los fondos, así como de su relevancia, a lo que se une un catálogo sobre los fósiles que él ha recogido y que están depositados en el centro.
“Introduzco también qué es la paleontología porque quiero reivindicar las razones por las que es importante”, describe el investigador, quien quiere poner en valor, asimismo, la labor que desempeñan quienes trabajan en este tipo de museos. “De puertas hacia dentro hay mucho trabajo que la gente no sabe. Y es importante darlo a conocer. Los fósiles que están expuestos no han aparecido así en el campo. Hay una labor detrás muy importante de búsqueda, investigación, catalogación y conservación”.
La propuesta en torno al museo se traduce en un libro para explicar, desde una óptica personal, su origen y el de su colección de fósiles
En la otra publicación, editada en inglés, se echa la mirada a hace unos 73 millones de años para investigar en el antiguo mar vasco-cantábrico