Un crimen sin resolver, tramas familiares y un paisaje castigado por la falta de lluvia son los ingredientes principales de Sequía, la nueva serie de Televisión Española, una coproducción con Portugal que se estrena hoy. Joaquín Llamas y Oriol Ferrer dirigen este thriller producido por RTVE junto con la televisión pública portuguesa RTP, con guión de Arturo Ruiz y Daniel Corpas.
LA HISTORIA
A causa de una fuerte sequía, el pueblo de Campomediano emerge de las aguas del pantano que lleva su nombre. En una de las antiguas casas aparecen unos restos humanos que pertenecen a dos hombres. Las víctimas, con orificios de bala, hacen evidente que se trata de un crimen que ha permanecido oculto durante muchos años. La identificación de los dos cuerpos hace que dos familias, separadas por la frontera entre España y Portugal, vayan hacia un destino común que arranca en los últimos años de la década de los 90 y a una trama en la que diferentes personajes entrecruzan sus caminos con consecuencias imprevisibles.
Elena Rivera (Cuéntame cómo pasó, Cuéntame cómo pasóInés del alma mía (El ministerio del tiempo, Mar de plástico) y Miryam Gallego (El comisario, Águila roja) son los protagonistas principales de la trama junto con Miguel Ángel Muñoz (Un paso adelante, Presunto culpable) y Nacho Nugo (Néboa). Completan el reparto Juan Gea (Herederos, El ministerio del tiempo) y los portugueses Marco D’Almeida, Soraia Chaves, Margarida Marinho y Guilherme Filipe.
LOS PERSONAJES
Elena Rivera es la inspectora Daniela Yanes. Cuando era niña, su padre la abandona, dejándola sola con su madre. El comisario Ortiz ejerce de tutor, convirtiéndose en un referente para ella. Él es el verdadero motivo de su interés por convertirse en policía. “Ella es una tía con mucha fuerza, con carácter, no se achanta ante nada ni nadie y, aunque haya cosas que le van a salpicar en la investigación a nivel personal y le van a doler mucho, ella va a seguir tirando del hilo hasta el final para saber la verdad de todo esto”, señala la joven actriz.
Rodolfo Sancho interpreta a Martín Ruiz, marido de Paula y yerno del todopoderoso Luís Barbosa. Es un hombre fuera de sitio en relación al medio en el que vive. Dueño de un club hípico en situación de quiebra, no tiene éxito en los negocios ni en el matrimonio. Miryam Gallego es Paula Barbosa. Su padre, Luis Barbosa, hubiera preferido tener un hijo varón, por lo que su infancia no fue precisamente feliz. Fue testigo de los frecuentes enfrentamientos entre sus padres y el deterioro físico y mental de su madre, Matilde, de cuya muerte culpa a su padre.
Miguel Ángel Muñoz es Óscar Santos. Periodista de vocación, aprendió de su padre, un periodista que años atrás dio voz al movimiento de ciudadanos que intentó impedir la ampliación de la presa de Campomediano. “Tiene toda la información de lo que ocurrió. Adicionalmente, compartió algo más que amistad con Daniela. Es una persona tremendamente honesta y leal para quien contar la verdad está por encima de todo.
Pero en ciertos momentos tiene dudas porque contar la verdad puede perjudicar a una persona importante”. En su opinión, Sequía es una serie que “mantiene la intriga del principio hasta el fin”, una serie “con un valor de producción espectacular”.
Luís Barbosa, presidente de la Compañía Hidroeléctrica, consiguió que dejara el periódico. Óscar nunca lo olvidó, y continúa intentando probar que su padre tenía razón: hace 20 años se cometieron varios crímenes que nunca fueron juzgados. Guilherme Filipe interpreta a Luis Barbosa, un hombre hecho a sí mismo que crece creyendo que hay ?nes que justi?can los medios.
Nacho Nugo es Rubén, el más joven del clan Barbosa. Ha heredado la falta de escrúpulos de su abuelo Luis, pero el carácter pasional de su madre. Sus decisiones van a conseguir que la brecha en la familia sea aún más profunda. Marco D’Almeida da vida a Helder, hijo de un miembro de la Guardia Civil Republicana de Portugal fallecido en servicio. Helder es agente en la Policía Judicial, donde lo respetan y también lo temen.
La serie, rodada durante varios meses en localizaciones como Cáceres, Madrid, Lisboa o Cascais, surge, según han explicado sus creadores, de la necesidad de incluir en la ficción un problema cíclico y que impacta de manera brutal en la península ibérica, la falta de lluvia y la gestión del agua, utilizándolo como punto de partida y detonante de la historia.