Loque
Toca de nuevo actuar con los aforos restringidos y demás. ¿Cómo está viviendo todo lo derivado de la situación actual?
-Está siendo una situación complicada de llevar, como creo que para todo el mundo. Tengo buen ánimo, eso sí. Aunque no estoy alineado con la versión oficial de todo esto que está pasando, sino más bien lo contrario, me adapto e intento seguir dentro de esta manera de funcionar. Cuestiones como la de los aforos, no deja de ser un detalle. No es algo importante, salvo a nivel económico, porque al final terminas haciendo dos conciertos por el precio de uno. En lo que respecta a las condiciones laborales sí que hemos ido a peor, pero bueno, al final me gusta tocar música para la gente, aunque solo esté una persona. Yo estoy para quienes se vienen a escuchar la música y participan de ese ritual que es un concierto, valorándolo.
A pesar de todo, y aunque se habrán perdido actuaciones y proyectos, lo cierto es que en este tiempo ha tenido pocos parones gracias a diferentes propuestas.
-Sí, sí. Siempre tengo el ánimo de estar por la labor. Es que no puedo parar. Es algo que nace de mí. No sé no hacer música. Mira, esto lo digo con mucho orgullo. Cuando en Madrid, que es la capital de un país de 46 millones de habitantes, no había ni un solo evento musical, otros dos amigos y yo estuvimos haciendo música, casi en secreto, en un lugar muy pequeño que se llama Peor para el Sol. Mantuvimos la llama de la resistencia. Ahora es un club de música en directo de referencia en Madrid. Cuando las cosas se abrieron un poco más, aquellas personas que estábamos al pie del cañón, empezamos a tocar todavía más. Es verdad que desde que nos sacaron de casa estoy teniendo bastante trabajo. He viajado mucho con la música, y eso, sobre todo en 2021, me ha dado la oportunidad de ir por ejemplo a Sudamérica y acumular diferentes experiencias y conocer a muchas personas. No me puedo quejar. Lo que me está pasando va acorde con mi pasión. Confío en lo que hago. La música y la cultura son sagradas. Ahí está el principio de todo lo que hago. En Peor para el Sol hacíamos conciertos para 10 o 20 personas y notabas una gran emoción.
¿Cómo va a ser esta vuelta a su ciudad natal?
-Voy a presentar música nueva. En realidad, el 18 de enero cumplo 30 años y esa semana voy a estar dando varios conciertos que terminarán en Madrid, en el Café Berlín. Son actuaciones especiales y, claro, la propuesta que traigo es de música nueva. Son composiciones que no he tocado nunca en directo y que van a conformar mi próximo disco, que será un trabajo a trío junto a un cuarteto de cuerda. A Vitoria no puede venir el cuarteto, pero estará su líder, que es mi hermana. Es una persona que ha encajado a la perfección en mi música, una intérprete que es una referencia como ser humano y como músico. Está en un momento dulce de su carrera. Como quería homenajear también mis comienzos hace diez años, Guillermo tenía que estar ahora. Además de ser un referente a nivel nacional, es mi mentor, mi maestro. Grabó mi primer disco, Lluvia de mayo, hace casi diez años y fue quien me introdujo en la escena musical de Madrid. Fue el primero que confió en mí para varios proyectos importantes. Y Loque ha sido mi contrabajista durante estos diez años en Madrid. De alguna manera, se une el pasado que de nuevo está en mi actualidad que representa McGill, con el continuo que en todo este tiempo es la presencia de Loque, y el presente que pasa por mi hermana.
Diez últimos años en los que le han pasado muchas cosas.
-Muchísimas. Para estar a punto de cumplir 30 años, la verdad es que he hecho unas cuantas cosas (risas). Lo cierto es que no me lo he pasado mal y he tocado con muchísima gente increíble. Por eso también estos conciertos. Son una celebración de todo esto. Es más, vamos a grabar todo lo que va a suceder estos días para hacer un documental. Quiero celebrar y agradecer la vida en estas actuaciones. Siento que soy una persona con suerte, que recibe mucho amor. Por eso también comenzamos esta serie de conciertos en Vitoria. El público de mi ciudad fue el primero en escucharme y acompañarme, y quiero mostrar toda mi gratitud por ello en el Dazz.
Con todo, es de esperar que su trayectoria sea mucho larga. ¿Qué Juan ve ahí, en ese futuro?
-Cuando acabe este ciclo del 30 cumpleaños, siento que debo tomar una responsabilidad más amplia con la música. Los últimos diez han sido unos años de mucha intensidad y de muchos proyectos, y ahora tengo que madurar, tengo que sentarme a pensar un poco, a volver a escuchar música, a dejar que me inunde la inspiración y tomar responsabilidad. En la música hay una parte que tiene que ver con uno mismo que en ocasiones es complicada de gestionar. Tiene que ver con el trabajo, el talento, la voluntad. Tengo que volver un poco a eso, a sentir de nuevo la responsabilidad en torno al compromiso que uno tiene con la música. Para que al final tengas un buen producto para la gente, el primero que tiene que saber lo que quiere es uno mismo. Amo la música, es mi manera de expresarme, pero tengo que sentarme a mirarla de frente y decirme a mí mismo: venga Juan, estos diez años tienen que ser con otro tipo de compromiso. Siento que ahora mismo estoy en ese punto de mi carrera musical. Quiero ofrecer a la gente lo mejor, pero lo mejor no es siempre lo que uno tiene. Hay que hacer procesos de reflexión, observación, trabajo. Tengo que trabajar en mis próximos diez años.
En ese periodo de reflexión, ¿cómo se presenta la agenda de 2022?
-Bueno, no se trata de abrir un paréntesis por ejemplo en los directos. Ten en cuenta que, al final, yo también tengo que pagar las facturas (risas). Y hay muchos proyectos que están sobre la mesa y varios discos por grabar. Por ejemplo, empezamos la gira con Juanito Makandé, con el que llevo ya un tiempo trabajando y que es un artista que me encanta. Y hay varias propuestas de jazz, como con Víctor Antón. Incluso alguna cosa que todavía no puedo decir. Pero entre todo eso, en 2022 me gustaría sacar mi disco y centrarme en mí, en trabajar el camino para poder presentar mi proyecto en el Festival de Jazz de Vitoria, que es lo que voy a intentar. Lo que necesito es reorientar mi energía. Ha habido algún año con 14 o 15 proyectos funcionando al mismo tiempo, formaciones entre el jazz y el flamenco pop pasando por el trap. Y necesito centrarme en tres o cuatro cosas y además en mi carrera.