Por desgracia, hoy siguen siendo muchos los niños y niñas que, en cualquier parte del mundo, se ven inmersos en guerras y conflictos que devoran su niñez, sus familias, sus entornos. Es el caso de Mari, principio y fin del libro Cinco años robados. Mi infancia en la Guerra Civil, que este miércoles se presenta en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa a partir de las 19.00 horas. Ella estará allí, aunque desde ayer a tiene su ejemplar en las manos. Ha sido su regalo al cumplir 90 años.

Es en el 36 cuando arranca esta novela corta que, más allá de algún matiz ficticio, se escribe desde la fidelidad y el respeto. La detención, tras un chivatazo, del padre de Mari, Sebastián, desencadena lo que aquí se recoge. “En casa se hablaba algunas veces de aquello. Tenía referencias de conversaciones, por ejemplo, con mi abuela en alguna comida”, recuerda Alfredo García de Acilu. Posos que se le fueron quedando y sobre los que luego preguntó con más detalle y profundidad. Se convirtió en investigador de la historia de su familia. Pero esas vivencias y situaciones recopiladas necesitaban de alguien que las relatase a través de la palabra escrita. Mathew Santos se ha encargado de ello. “Ha sido un privilegio y un honor”, dice.

A ambos, la amistad les une desde hace mucho, aunque se vieron por primera vez cuando eran pequeños, en 1971, cuando Mari y Nieves -la madre de Santos- trabajaron en la cafetería Río. Mucho tiempo después, en 2018, se subieron a un globo. “Mathew dijo en broma que después de hacer eso solo le quedaba escribir un libro, yo me lo tomé en serio”. El resultado es ahora es una realidad palpable editada por el proyecto cultural alavés El Nimbo.

Quienes se asomen a sus páginas “se van a encontrar una historia con mucho amor y tragedia, con una mezcla de todas esas cosas que, al fin y al cabo, pueden pasar en una vida”, máxime en medio de una guerra, describe Santos, que reconoce haber llorado en algún momento de una escritura que empezó con las quince hojas de datos y conversaciones con Mari que García de Acilu había realizado.

Entre el caserío familiar del Alto Deba, Subijana Morillas, Vitoria, Santoña y Donostia transcurren estos cinco años en los que los ojos de aquella niña que fue Mari se asoman a una realidad terrible, en la que ve muerte, en la que observa a su padre extremadamente delgado, en la que escucha conversaciones de adultos que en las que se dicen “verdaderas salvajadas”. Todo ello rodeada de una sociedad “en la que resulta que había malos que igual no lo eran tanto y viceversa”, describen los autores de un libro en cuya portada aparecen Mari y su hermana pequeña, Aurori, cuando tenían cinco y tres años.

“Aunque esto no deja de ser un homenaje a mi madre, como ella hubo muchos otros niños y niñas, y también es sobre ellos”, apunta García de Acilu. En este sentido, Santos, subraya que con el libro también “queremos que la gente no se olvide de que esto ha pasado. O que piense que no ha ocurrido. Lo hacemos para que no caiga en el olvido y para que no vuelva a ocurrir ninguna atrocidad de estas”.

La obra, editada por el proyecto alavés El Nimbo, se presenta este miércoles a las 19.00 horas en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa

Mari, que ayer cumplió 90 años, y la niñez que vivió tras ser su padre encarcelado durante la contienda centra la novela