Una semilla plantada. Tan sencillo como eso. Y a la vez tan importante, necesario y relevante. En esa acción, en ese gesto, pone su mirada en esta ocasión Gorakada. Lo hace, como desde hace tanto tiempo, para proponer un nuevo encuentro con el público más joven y compartir la historia de Zuhaitzak landatzen zituen gizona, con la que la compañía regresa este domingo al Principal dentro del ciclo familiar del Festival Internacional de Teatro de Vitoria. La cita será a las 18.00 horas, quedando todavía entradas disponibles.
"La verdad es que nos sentimos en casa", sonríe Alex Díaz, director artístico, mientras está entre las paredes del centenario edificio de la calle San Prudencio. En este hogar escénico, el grupo propone una obra "que es tan preciosa y sencilla como grande", que toma como punto de partida una creación de Jean Giono. En ella se cuenta el relato de un pastor que durante muchos años de su vida se dedicó a plantar árboles en una zona que antes solo era un erial. Un espacio, eso sí, que pierde todo su esplendor después. La guerra hace acto de presencia. "Vimos una adaptación escénica en Lisboa, nos enganchó lo que se contaba pero necesitábamos pasarlo por nuestro filtro". Dicho y hecho.
Gracias al trabajo en la adaptación y la dramaturgia de Jose C. García y Kike Díaz de Rada, la compañía ha levantado su propia versión, una obra que tras su reciente estreno no para de cosechar halagos. "Es un montaje lleno de disfrute y de emoción" en el que se pone sobre la mesa una pregunta esencial: "¿tenemos futuro? Nosotros creemos que sí". Habrá que ver qué piensan quienes acudan este domingo al Principal para ver un espectáculo recomendado para espectadores a partir de seis años.
Frente a ellos estarán solo dos intérpretes. Por un lado, la actriz Sandra Fernández Agirre. Por otro, el músico Fran Lasuen. El trabajo entre ambos sirve para construir el relato, sin que haya fronteras entre sus lenguajes creativos, como explica Díaz. "Fran siempre hace un trabajo excelente ya esté sobre las tablas o detrás de ellas. Y Sandra tiene una interpretación magnífica en mayúsculas". De su mano, la naturaleza y la relación que el ser humano tiene con ella, para bien y para mal, tendrán el papel protagonista.
Aunque el ciclo familiar del festival ya tuvo el pasado fin de semana su primera cita, Zuhaitzak landatzen zituen gizona es la primera obra del abono de esta edición. Una programación que, entre otras cosas, también busca plantar semillas, escénicas en este caso, en quienes son también espectadores hoy y, además, tienen el futuro en sus manos. Sembrar siempre es estratégico.