- El tópico del ADN y el lugar común de de tal palo, tal astilla vuelven a cumplirse en el caso de Elijah Hewson, el hijo pequeño de Bono, el líder de U2, que acaba de debutar al frente de su grupo, Inhaler, con un disco de pop-rock aseado y solvente, a la búsqueda del gran público y liderado por un timbre vocal juvenil que remite descaradamente al de su progenitor. El álbum lleva el título de It won’t always be like this (Polydor. Universal) y su canciones “son positivas”, explica el chaval.

La de Bono es una familia de éxito. A Elijah el ADN le ha conducido a la música, al contrario que al resto de vástagos del matrimonio que selló, hace 33 años, con Alison, su pareja de la adolescencia y activista contra la energía nuclear. Jordan Joy, la primogénita, de 31 años, es empresaria y lidera una compañía de acción social y tecnológica, y la más conocida de sus hermanas, Eve, es una actriz que ha trabajado ya a las órdenes de Sean Penn (Un lugar donde quedarse) y Steven Spielberg (El puente de los espías), y que se lució en dos series tan turbias como atrayentes: Detrás de sus ojos y la retorcidamente adictiva The knick, de Steven Soderbergh, autor de Traffic y Sexo, mentiras y cintas de video.

El rostro descaradamente adolescente de Elijah remite radicalmente al de Bono (con pelo abultado ochentero) al frente de U2 en su segundo disco, October. Cosa de los genes. Como su pasión por la música. Lo tuvo siempre muy claro, ya que aunque solo tiene 21 años, formó el cuarteto Inhaler hace ya nada menos que nueve junto a otros tres compañeros escolares: el bajista Robert Keating, el guitarrista Josh Jenkinson y el batería Ryan McMahon. Dieron su primer paso, de forma totalmente independiente, con un single titulado I want you, y su éxito les condujo de manera vertiginosa a Polydor, el sello de U2.

Creamos o no a Elijah, que asegura siempre que le acercan un micrófono que su aita no le apoyó en el despegue de su banda, hay que resaltar la madurez de Inhaler. El cuarteto se lo ha sabido tomar con calma, sin urgencias juveniles, formándose y adquiriendo experiencia, curtiéndose y fogueándose subiendo a multitud de escenarios para remachar lagunas, a la vez que iban editando singles para hacerse notar y que se siguiera hablando de ellos. Finalmente, el resultado está ya en las tiendas y plataformas, un debut titulado It won’t always be like this.

Inhaler, que han actuado como teloneros de Noel Gallagher y Blossoms, han contado con un reputado y veterano productor, Antony Genn (Pulp y Elastica), para completar su debut, que la pandemia ha hecho ganar en poso y profundidad para un repertorio que, inicialmente, trataba de relaciones juveniles con chicas y ha derivado hacia reflexiones sociales y la manera de resolver y encarar periodos complicados como el actual. “Comenzamos a escribir el disco siendo adolescentes y ahora nos hemos hecho adultos”, asegura Keating, el bajista. “Quería que las canciones fuesen positivas, ya que no siempre va a ser así”, apostilla Hewson.

Comercial pero solvente, grabado en los Narcissus Studios de Londres y preparado “con tiempo suficiente para explorar nuestro sonido”, el álbum muestra a un grupo efervescente en sus texturas sonoras y bastante efectivo en su ejecución instrumental, que corona Elijah con una voz de timbre similar al de su progenitor, especialmente cuando busca las notas altas y se rompe en los agudos. Hacen un pop rock aseado y comercial, a la búsqueda de las listas y los estadios y festivales mayoritarios, pero sin complejos, digno y capaz de competir con The Killers y Kings of Leon.

El álbum se abre con la canción que lo titula, “catalizador del motor de optimismo” que desprenden sus once temas, según Elijah, y oda a la resistencia conducida por un riff contagioso de sintetizador que juguetea con guitarras eléctricas controladas y que corona una melodía infecciosa. No es la única del repertorio, como demuestran la energía y el estribillo resplandeciente de Chear up baby, en el que Elijah canta: “Anímate, chica, no estás sola hundiéndote como una piedra”.

El debut también recoge en parte el aura post-punk de los primeros discos de U2, se mueve con elegancia por el sonido de los 90 con Slideout of the window y, excepto algún tema banal como el medio tiempo My king will be kind, funciona bien cuando busca lanzarte a la pista de baile. Lo hagan con guitarras y el aliento de Franz Ferdinand en el cogote, en el caso de When it breaks; con el ritmo funk del sensual medio tiempo Totally; la mezcla de guitarras y sintetizadores en la brillante My honest face; el guiño negroide a los Style Council de Paul Weller y Mick Talbot en A night on the floor, con cita reggae añadida, y el imparable Who’s the money on (Plastic house), con un bajo omnipresente y tan protagonista como el de Peter Hook en los mejores New Order.

Inhaler, que ya actuaron en el Estado cuando apenas tenían un single en la calle, realizarán una gira de 18 fechas por Inglaterra e Irlanda a finales de este año, precedida por una pequeña serie de conciertos íntimos este mes de agosto. Imaginamos que el cuarteto pronto dejará de “viajar en autobús y dormir en él” en sus giras, y que aunque su música siga creciendo y alimentándose de fuentes diversas, como ellos como personas jóvenes, no deje de lado la razón que la impulsa: la emoción y la intención.