Cuando Daniel López de Pariza grabó en Dendaraba, invitando al público que quisiese ir a las sesiones, su My School Bag, la pandemia no estaba sobre la mesa. Pero terminó llegando y seguramente interrumpió el camino que tenía que haber tenido este trabajo. Aún así, el baterista y compositor alavés ha podido compartir este mediodía su trabajo en un Iradier Arena que ha podido solventar algunos de los problemas de sonido de las actuaciones anteriores, pero tampoco sin alardes.
De Chick Corea a Nina Simone pasando por Bach, entre otros, Dan in a Box, que es como se llama su proyecto, ha invitado a hacer un recorrido por el respeto a lo que otros hicieron, por la puesta en valor de lo que hoy se trabaja y por la reivindicación de lo que vendrá como guía para seguir creciendo y evolucionando. En la música, y en cualquier otro ámbito. Lo ha hecho desde ese personal sello que envuelve y atrapa poco a poco, más allá de que el músico debería acortar un tanto sus presentaciones de temas.
Sin olvidar las intervenciones que ha tenido la cantante Lara Vizuete, el baterista ha contado con algo muy a favor y es una banda conformada por nombres de altura como el gran Roberto Pacheco (trombón), Mikel Maniega (trompeta), Jose Ángel Lorente (saxo), un Adrian Fernández (guitarra) que no hay que parar de reivindicar una y otra vez, Iñigo Ruiz de Gordejuela (que se ha hecho doblete este mediodía al piano) y Javier Callén (contrabajo). Bueno, y habría que sumar al público, que en un tema también ha tenido que improvisar a invitación de la formación para crear comunidad entre todos tanto en el Iradier como, en general, en la vida.
Todos ellos han sabido sumar para que el concierto haya dejado ganas de más, aunque en su recta final ha sucedido lo previsible. Hacer actuar a tres grupos seguidos, aunque los dos primeros no toquen mucho tiempo, hace que lo que empieza un jueves al mediodía termine cuando mucha gente debería estar comiendo, y claro, ha habido un reguero de deserciones según han rondando las dos de la tarde.