- El verano de 1969 tiene un lugar preferente en la historia de la música gracias a Woodstock. No obstante, pocos recuerdan que este lugar fue sede de otro festival que celebró durante seis semanas la cultura afroamericana ante más de 300.000 personas.

El documental Summer Of Soul, que se estrena esta semana, recupera grabaciones inéditas de los conciertos de artistas como Stevie Wonder, Nina Simone y B.B. King, que permanecieron ocultas en un sótano durante casi 50 años porque ninguna televisión quiso comprarlas. “Tan lejos como podía ver, solo había gente negra. Era la primera vez que veía a tantos como nosotros. Era increíble. Familias, madres, niños...”, recuerda Musa Jackson en el filme.

Jackson acudió al Harlem Cultural Festival cuando era un niño. Cincuenta años después, su recuerdo sirve de arranque para la cinta que pretende que esta celebración no caiga en el olvido. El músico Questlove (referente de The Roots) debuta como cineasta al repasar las 40 horas de grabación del evento. “El hecho de que el metraje se mantuviera oculto al público es una muestra de que existe la historia revisionista. Y quiero asegurarme de que durante mi vida no suceda ese borrado de la cultura negra. La película fue una oportunidad para apoyar esa causa”, explicó Questlove.

Summer of Soul demuestra la estrecha unión entre música y política, especialmente importante para una comunidad que acababa de librar una decisiva batalla por la conquista de los Derechos Civiles. Como pieza musical está cargada de política. Como documental tiene una banda sonora impecable. Sea lo que sea, la cinta fue recibida con elogios en el Festival de Sundance y ha vuelto a demostrar el gran problema que tiene Estados Unidos con las partes que ilumina y ensombrece de su historia. Sin duda, el filme añade más épica al año 1969 en Estados Unidos, el de Woodstock, el de la llegada del hombre a la luna y, ahora también, el del primer gran festival que festejó, en paz y en libertad, la cultura negra