- Marta Botía y Marilia Casares cortaron de manera abrupta su convivencia como Ella Baila Sola en 2001, apenas un lustro después de crear uno de los proyectos de mayor éxito de la música española. Ahora, con sus bodas de plata, se reúnen en los escenarios como si el divorcio no hubiese sucedido.

“La magia sigue ahí”, aseguraron las excompañeras de instituto que solían dar conciertos en el parque del Retiro de Madrid, al comprobar que sus voces y sus guitarras siguen empastando tras dos décadas de distancia.

Tanto la una como la otra racionalizan su separación con 5 millones de copias vendidas en solo 5 años. “Nos criamos juntas unidas por la cadera y era muy importante darnos espacio. Esto lo hemos hecho cuando nos ha apetecido de verdad”, alegó Botía (Madrid, 1974). “Nos hemos echado de menos y este tiempo nos ha ayudado a enriquecernos, a vivir experiencias que queríamos vivir. Eso ha hecho que volvamos con más cariño que nunca, valorando lo que recorrimos juntas y el contacto con la gente”, añadió Casares (Cuenca, 1974).

Después de una primera toma de contacto el pasado mes de junio en el festival Starlite de Marbella (Málaga), con los nostálgicos éxitos como Lo echamos a suertes o Cuando los sapos bailen flamenco, el dúo tiene previsto pasar por Lorca (Murcia) el 10 de julio y el 23 por el Wizink Center.

Quizá el entendimiento les llegue algún día. “ Cuando nos juntamos es fácil que surja una canción. Es cuestión de darle el tiempo necesario para que eso crezca, pero no nos estamos poniendo obligaciones, solo disfrutar de los conciertos”, precisó Casares