- Como en tantos otros casos, el encuentro tenía que haberse producido el año pasado. Pero la pandemia marcó la agenda de tal manera que es ahora cuando Inés Medina y el centro cultural Montehermoso pueden unir sus caminos con los del público que hasta el próximo 5 de septiembre acuda al antiguo Depósito de Aguas.

En un espacio singular y de grandes dimensiones, la artista vizcaína casi no deja un espacio libre. No en vano, reúne para la ocasión sus cuatro últimas series creativas, con la intención de reflexionar sobre cuestiones que en 2021 deberían estar superadas por completo, aunque la tozuda realidad demuestra cada día que no es así en absoluto. La mujer y la desigualdad en la que nace y vive están en el principio y final de la propuesta.

Es verdad que ni la creadora ni el espacio de lo alto de la colina han acertado mucho a la hora de bautizar la muestra. En el afán de querer ser descriptivos y fieles a la esencia, la propuesta se presenta como Proceso de investigación psicoanalítica plástica sobre desigualdad y violencia de género. Diferenciación. Reconstrucción de identidad. Pero más allá del detalle, Medina se sirve sobre todo de la pintura, pero no solo de ella, para afrontar las problemáticas relacionadas con la cuestión de género desde distintas perspectivas y visiones.

La artista, que apunta que a lo largo de toda su trayectoria estas temáticas han estado presentes de una forma u otra, señala que a lo largo de esta exposición se tocan puntos como la relación entre madres e hijas y los modelos de comportamiento que se establecen; o los valores femeninos, que para algunos parecen no existir o tener menos peso e importancia que los masculinos. Son algunas de las partes de un proceso creativo y vital que tiene claro que “más allá de las leyes de igualdad que tenemos o de las que se habla, queda mucho trabajo por hacer todavía”.

Se trata, como ella dice, de conocer a la mujer “y las razones por las que sufre”, y en este sentido señala que para la artista, el psicoanálisis se ha convertido con el paso de los años en “una herramienta de la creación”, más allá de que Medina confiesa, con una sonrisa que no esconde ni la mascarilla, que “no me obedezco ni a mí misma cuando creo”. Esta muestra está basada en un proceso de investigación que reúne una amplia representación de la obra de la artista, una obra denominada en su globalidad Concepto de división plástica, que abarca un período de más de 40 años y que se traduce en 22 series. Quien se acerque a Montehermoso, como describen desde el centro cultural, podrá contemplar las cuatro últimas series de este amplio trabajo.

En concreto, se presentan la Serie 19 Burnt Dolls-Muñecas Quemadas, que fue desarrollada entre Nueva York y Aperribay-Galdakao durante los años 2007-2009; la Serie 20 Transmutación de la Mente, que fue realizada en Zamudio y Nueva York de 2010 a 2016; la Serie 21 Estructura de la Creación, que fue creada entre Nueva York y Bilbao de 2014 a 2018; y la Serie 22 Identificación del MAL y sus consecuencias destructivas, que fue ideada en Bilbao entre 2018 y 2021.

“Esta exposición constituye una innovadora oportunidad para conocer y comprender el valor del arte como herramienta de conocimiento a través de una metodología psicoanalítica plástica profunda que experimenta, siente y analiza el tema tan urgente y necesario como son las estructuras que mantienen en nuestro mundo la desigualdad y la violencia de género”, describen desde el espacio dependiente del área de Cultura del Ayuntamiento de Gasteiz.

“En cada uno de los temas específicos planteados en las cuatro series que componen la investigación con esta metodología psicoanalítica plástica, se van transparentando igualmente las complejas e innovadoras líneas de ayuda y solución a aplicar tanto individual como socialmente, y que debieran ser tenidas en cuenta por personas e instituciones comprometidas en paliar las graves consecuencias que dicha desigualdad y violencia de género ocasiona en nuestra sociedad”.