Cuando el año pasado terminó el confinamiento y se fueron abriendo los primeros espacios expositivos, el Photomuseum de Zarautz acogió varias propuestas protagonizadas por autores vitorianos. En julio de 2020, de hecho, todas las miradas se centraron en el proyecto llevado a cabo por Jon Martínez bajo el título Montaña en femenino.

Ya entonces, el autor apuntaba en estas mismas páginas su intención de traer esta serie a su ciudad. "He tenido unos primeros contactos con Fundación Vital, ya veremos", decía entonces. Pues dicho y hecho. Hasta el día 30, el espacio para las muestras artísticas que la entidad tiene en la plaza de los Fueros acoge esta propuesta en al que se refleja la fortaleza de mujeres que han hecho de la montaña su forma de vida.

Una treintena de imágenes componen un proyecto en el que, en realidad, la montaña no está visible como tal, aunque sí presente. Lo está gracias a, por ejemplo, Sara Catalano, Nuria Planell, Marta Alejandre o Estíbaliz Ochoa, a quienes el autor se llevó al estudio para, en blanco y negro, captar vivencias, experiencias, esfuerzos, trabajos y anhelos, para retratarlas pero también para fijar su mirada en detalles, manos, utensilios o gestos, imágenes que sirven como hilo conductor de la muestra. "Todas dijeron que sí, más allá de que algunas nunca habían participado en algo parecido. Fueron sesiones muy interesantes", apuntaba el autor en estas páginas cuando se presentó la serie por primera vez hace un año. Una exposición, por cierto, para cuya producción y edición contó con la ayuda económica de la Federación Alavesa de Montaña.

Fue en el seno de la Escuela de Artes y Oficios de la capital alavesa donde la idea empezó a tomar forma. "Tenía que hacer un proyecto de fin de curso y dándole vueltas a qué podía hacer, qué podía ser cercano a mí y qué podía realizar, se me ocurrió unir la montaña y la fotografía", dos sendas que marcan el camino vital de Martínez Ibarra. "La montaña es igualdad. En ella no hay diferencias entre hombres y mujeres". Es la base sobre la que se construye esta obra, lo que espera transmitir a quien se acerque a verla. No en vano, aquí, como en muchos otros aspectos de la vida, hay quien se empeña en crear distinciones.

"Lo ves, por ejemplo, en los medios de comunicación, en las revistas y demás. Parece que algo está cambiando, pero siempre es predominante la presencia del hombre. Se ve en la publicidad pero también en las crónicas que se hacen sobre estas cuestiones. Parece que cuando se habla de una expedición de mujeres, la noticia es que son mujeres las que la realizan, no que hayan hecho tal o cual montaña. Cuando son hombres, nadie destaca el hecho de que lo sean. A ellas no se les da el protagonismo que debieran tener. Y cuando son expediciones mixtas, parece que son ellos los que llevan el peso y ellas las que van detrás. Hay una especie de cultura del hombre que dice que él siempre es el que va tirando. Es algo que todos tenemos dentro y me incluyo". En parte para desmontar ese imaginario, el fotógrafo construye una creación que, como anécdota, nunca terminó siendo presentada como ese proyecto de fin de curso en Artes y Oficios.

Según el autor, "no pretende ser un proyecto de justicia social sino una manera de visibilizar la presencia femenina en los deportes de montaña, de mostrar una realidad en muchos casos desconocida. Montaña en femenino habla de igualdad, habla de mujeres y habla de montaña sin mostrar la montaña".