- “Buscar las raíces es una forma de irse por las ramas”. Esa expresión de José Bergamín explicaría la paradoja en la que Mikel Laboa se movió para crear Lekeitioak y la lógica con la que ahora el centro Tabakalera de San Sebastián ha organizado su nueva exposición, que parte de esas canciones experimentales del cantautor vasco.

A la cita del prolífico escritor recurrió ayer Oier Etxeberria, responsable de Arte Contemporáneo de Tabakalera, para hablar de esos juegos de “voces, gritos y onomatopeyas” con los que Laboa construyó un lenguaje propio y que han dado pie a una muestra que revisa “la relación entre cultura popular, vanguardia y creación experimental”. Komunikazio-Inkomunikazio es el título de la exposición, de la que Etxeberria es además comisario, que se podrá visitar desde hoy hasta el 29 de agosto en la sala principal de exposiciones del centro y en la sala Lau Pareta y que prevé además un programa de actividades paralelo.

El lenguaje es un denominador común en esta muestra que precisamente ha tomado el nombre de la “rompedora representación” que Mikel Laboa estrenó en 1977 en un concierto junto a Lluís Llach. Las dos salas reúnen la obra de una treintena de artistas de diferentes generaciones, buena parte de ellos vascos, en un “cruce” de piezas históricas y contemporáneas con nuevas producciones impulsadas por Tabakalera, que se complementan con documentación procedente de archivos públicos y privados.

Nombres de artistas como Remigio Mendiburu, Vicente Ameztoy y el cantautor y poeta Xabier Lete están presentes en las salas junto a los de autores como Txomin Badiola, Dora García, Itziar Okariz, Olatz Otalora, Asier Mendizabal, Josu Bilbao, María Salgado y Fran MM Cabeza de Vaca. La iraní Kimia Kamvari, el austríaco Peter Friedl y el checo Zbynek Baladran se encuentran entre las firmas de creadores extranjeros, al igual que la estadounidense Susan Hiller, que en la instalación Lost and Found recopila 40 lenguas a punto de extinguirse.