Poner en relación a agentes culturales alaveses pertenecientes a distintas disciplinas, explorar la posibilidad de llevar a cabo proyectos creativos en euskera de manera conjunta, y apoyar el desarrollo y producción de estas ideas. Sobre estas tres bases, Oihaneder Euskararen Etxea puso en marcha a principios de este año la iniciativa TopAraba, en la que cuenta con la colaboración de Fundación Vital.

En febrero, contando con la presencia invitada de Xabier Gantzarain, Harkaitz Cano y Amançay Gaztañaga, se llevó a cabo una jornada especial de encuentro para ver si se podía plantar alguna semilla entre los participantes. De hecho, fueron cinco las propuestas que salieron de ahí, siendo al final dos las seleccionadas para llevarse a cabo: Ogiak hizketan baleki, de Mamiak Kolektiboa; y Benniz de Beñat Goitia y Anne Baskaran.

A partir de ahora, ambos proyectos tienen unos seis meses para cristalizar y presentarse al público a través de Oihaneder a lo largo del otoño. Es de esperar que eso suceda ya con la situación sanitaria en mejores condiciones. Por de pronto, para llegar a esa meta, la idea de Mamiak recibirá 4.000 euros, mientras que la apuesta de Goitia contará con 3.500 euros.

“La verdad es que hacemos una valoración en positivo de esta primera edición, sobre todo por la participación que hubo de 16 agentes culturales, y por los resultados que estamos viendo”, apuntó ayer Iñaki Lazkano, por parte del espacio de lo alto de la colina, en la presentación de las dos apuestas seleccionadas en un TopAraba que todo indica que tendrá continuidad en el futuro tras esta primera edición.

Varios de los implicados en ambos proyectos han tomado parte ya en otras iniciativas de Oihaneder a lo largo de los últimos años. Es el caso de Goitia, que en este caso se encuentra trabajando en una nueva senda musical tras dejar a un lado Montauk. Bajo el paraguas del denominado bedroom pop y aprovechando el confinamiento, el artista viene dando en los últimos meses forma a una creación que responda al hoy de la música desde otras disciplinas. Benniz se sirve, claro, de los sonidos, pero también del audiovisual, la iluminación, la moda y la ilustración.

“Las tendencias del consumo musical en los últimos años han dejado de ser tendencia, ya que la pandemia las ha perpetuado provocando la fractura digital. Hoy en día, una canción no tiene un significado completo si sólo se escucha con los oídos. Los vídeos, el vestuario, las fotografías, el imaginario, es decir, la estética, que acompañan a esta canción conforman el significado del mensaje”.

El otro camino que está acompañando TopAraba es el de Mamiak, conformado por Marina Suárez (directora escénica), Irantzu Lekue (directora de arte), Josune Vélez de Mendizabal (actriz), Edu Zelaieta (guionista), Ander Gondra (investigación histórica) y Txema Ramírez de la Piscina (responsable de comunicación.

El resultado de esta unión de aptitudes y actitudes será la obra Ogiak hizketan baleki. Gasteiz 1835-1836: hiri okupatuaren kronika bat. Sirviéndose del periodismo performático, el colectivo quiere armar una pieza que recupere “algunas anécdotas olvidadas” de la capital alavesa, poniendo el foco en la primera época carlista. Josefa de Múgica, a la que dará vida Vélez de Mendizabal, será la protagonista de esta documentada mirada al pasado, más allá de los límites entre lo que fue, lo que pudo ser, y lo que desde el hoy se aporta. Tampoco el público tendrá que esperar mucho para conocer los detalles en primera persona.