“Es un disco que, bajo el paraguas de la electrónica, es fundamentalmente rock”. Con humildad, sin pretensiones -“si le gusta a alguien, genial”-, pero con la satisfacción de haber vivido y sentido el proceso para llegar hasta esta fecha, Arri! publica hoy su primera referencia, un EP bautizado como Ekam en el que plasmar otra faz, la más personal, del conocido batería gasteiztarra Dani Arrizabalaga. “Las cosas llegan cuando tienen que llegar y esto me pilla en un momento de madurez tanto personal como musical en el que no me da miedo exponerme”. Dicho y hecho.

En la versión digital, el canal prioritario en estos tiempos, el público se encontrará con cinco temas como Momentu honetan y LibertadMomentu honetanLibertadcomún Quienes opten por el formato físico contarán con un tema extra, aunque no será la única sorpresa. El músico ha optado por hacer una edición especial de 30 cajas en las que, además de recogerse el trabajo con Mantra Mantracomo sexta composición, hay otros elementos poco usuales en estos casos como un cristal de cuarzo. Sea de una forma u otra, los oyentes estarán ante una propuesta instrumental compuesta, producida e interpretada por Arri!, y grabada y mezclada por Jose Toscano en los vitorianos TaKiOm con Dani López de Pariza como técnico de estudio.

“Todas las bandas en las que he estado y estoy me han servido para hacer este proyecto”, dice el batería vitoriano Dani Arrizabalaga

Aunque el formato digital es el camino prioritario para la difusión, se han editado 30 cajas especiales con algunas sorpresas a parte de la música

“Espero que quien lo escuche se dedique un tiempo a sí mismo y a las canciones. Vivimos en un mundo muy rápido y eso se ve muy reflejado en la música. Mi intención es que el oyente se meta en el viaje, que pueda dedicarse un rato a parar, a hacer una escucha activa sin estar en modo multitarea”. Este EP trata de “ofrecer un pequeño espacio de conexión”, dice su autor, que reconoce que “he disfrutado mucho el proceso compositivo pero no tanto todo lo que ha supuesto tomar todas las decisiones, eso ha sido agotador”.

Tal vez sea el precio a pagar para ver cristalizar un camino que empezó a germinar hace unos diez años, cuando Arrizabalaga comenzó a “jugar” con la música electrónica. Poco después, hace como un lustro, las pruebas fueron tomando otro cariz hasta que en el confinamiento el músico se decidió a no posponer más las cosas. “Ha sido un proceso muy natural porque siempre lo he hecho como un divertimento y espero que siga así” ya que la idea es darle continuidad más allá de su trabajo con los grupos en los que milita. “Creo que esto me servirá para las bandas en las que toco, pero en el caso de este primer disco ha sido al revés, lo que he hecho en esas bandas es lo que me ha servido para este proyecto. Me encanta tocar con gente y quiero seguir haciéndolo pero me apetecía tener un espacio de libertad total”.

De momento, puede decir que el objetivo que tenía en mente está cumplido. “Siento tranquilidad por haber acabado el proceso y quedarme satisfecho”. Ahora es el momento del público, de quien se asome a esta producción que a corto plazo no va a tener su plasmación en directo. “Es un formato que puede ir con banda, aunque me haría ilusión hacerlo solo”. Todo llegará. No hay prisa. Sí está la idea de que en esas actuaciones pueda haber proyecciones visuales. Poco a poco.