Puede que tanto en lo profesional como en lo personal compartan no pocos lazos, pero ahora están yendo un paso más allá. Se han involucrado en una creación propia y original en la que sumar no solo nombres sino también formas de trabajo y maneras de entender el arte escénico. El proyecto PlatóSleepwalk Collective, Parasite Kolektiboa, Proyecto Larrua y Tripak están detrás de una iniciativa que, de cara al público, cristalizará a finales del próximo septiembre en el antiguo Depósito de Aguas.

En principio, la idea es que el espacio acoja a los grupos y a los espectadores para compartir diez representaciones desde el 29 de septiembre. A partir de ahí, ya se está trabajando para poder llevar la pieza multidisciplinar por diferentes espacios de dentro y fuera del País Vasco. "Por ahora hemos dado unas pocas pistas por las redes sociales y ya hemos generado interés, ya nos está preguntando gente de fuera", apunta Unai López de Armentia, uno de los motores de la propuesta y encargado de la dirección.

Desde hace ya varios meses se viene trabajando en una creación cuyo resultado final rondará la hora y media, acogiendo a unos 50 espectadores en cada sesión. Con la dramaturgia en manos de Iara Solano y Hannah Frances Whelan, no se busca, como tal, generar una obra con una línea narrativa específica, sino compartir con el público reflexiones y sensaciones tomando como punto de partida el mito de la caverna de Platón. La verdad de cada uno, la realidad de cada persona dependiendo de dónde está o cuáles son sus circunstancias y experiencias, la figura del iluminado, el mundo de las sombras... son capas sobre las que se trabaja para dar forma y fondo a un montaje pensado de manera específica para el Depósito, aunque tenga toda la intención de viajar a otros "espacios singulares".

El cuerpo final, de todas formas, terminará de definirse en julio en una última residencia artística a realizar en Garaion. Esta fórmula de maratones creativos concentrados en el tiempo se ha usado a lo largo del proceso en tres ocasiones anteriores, celebradas tanto en el espacio cultural de Ozaeta como en la sala Baratza, ya que está siendo la única manera de cuadrar las agendas de las cuatro compañías. "Conseguir fechas para juntarnos es complicado y de ahí la necesidad de tener una planificación muy clara", más allá de que también se hagan reuniones tanto presenciales como online.

Pero más allá del calendario, la dificultad de armar el puzle reside en que Plató quiere ser el resultado de los distintos lenguajes escénicos y modos de trabajo de las compañías implicadas. Aunque entre los grupos hay una forma de entender la investigación y la practica artística contemporánea que es común, la diversidad es evidente. "Pero ahí está el reto y ahí reside la fuerza de este proyecto", explica Lopez de Armentia, que comparte camino, además de junto a Solano y Whelan, con Marina Suarez, Aritz Lopez, Helena Wilhelmsson, Samuel Metcalfe y Danel Ibisate, que, cada uno desde su área, están trabajando en el espacio sonoro y la composición musical, la coreografía y el movimiento, la iluminación, y la escenografía y el vestuario. "Somos gente que está acostumbrada a colaborar con terceros. Por eso, por ejemplo, la primera residencia fue impresionante, un chute de creación todavía más importante en estos tiempos de pandemia que están siendo tan complicados".

En este sentido, uno de los objetivos pasa no por diluir la esencia o huella de cada compañía en un todo común. Al contrario, los cimientos están en que en ese resultado final sea reconocible el sello de cada grupo. "Se parte de un punto de madurez básico que implica que hay que dejar el ego por fuera de la puerta" de cara a construir "una pieza escénica, lúdica e inmersiva" cuya producción corresponde a Anna Pinotti Blanch y la distribución a Josune Vélez de Mendizabal.

El proyecto cuenta además con la colaboración de la Red Municipal de Teatro del Ayuntamiento de Vitoria, así como con una ayuda del Gobierno Vasco. Con todo, se ha pedido una línea de crédito para seguir adelante y se están estudiando otras convocatorias para sumar más recursos económicos que son necesarios. Con todo, el camino es imparable y se está haciendo desde el territorio y con la coordinación de diferentes personas, espacios y entidades de Álava. "No ha sido algo premeditado, pero en esta propuesta también hay una reivindicación de la calidad creativa que hay aquí. Yo he estado muchos años trabajando por Europa, por ejemplo, y veo que aquí hay mucho nivel", remarca Lopez de Armentia en torno a una apuesta de la que se puede conocer más a través de proyectoplato.com.

Varias residencias realizadas tanto en Garion como en la sala Baratza están sirviendo para construir la pieza

"No ha sido algo premeditado, pero en esta propuesta también hay una reivindicación de la calidad creativa del territorio"