- Dos películas de corta duración, una de ellas rodada durante la pandemia entre Extremadura y Bruselas, y un diapasón que vibra continuamente son las propuestas de la exposición Hay una ley, hay una mano, hay una canción, de la artista bilbaína Alex Reynolds, que ya puede verse en el Museo Guggenheim de Bilbao.
La muestra es la primera exposición de 2021 en la sala Film & Video, el espacio del museo dedicado al videoarte.
La mano que canta es la obra de 22 minutos que ocupa la galería principal de la sala, realizada en colaboración con la coreógrafa sueca Alma Södeberg. “Nos parece todo un logro poder haber terminado la película y poder estar aquí”, dijo ayer la artista bilbaína, que vive y trabaja a caballo entre Bruselas y Berlín.
Reynolds explicó que la intención inicial es que el filme estuviera rodado íntegramente en Extremadura, pero la pandemia trajo consigo dificultades para viajar antes del verano, por lo que tuvo que completarse durante cuatro días en Bruselas, donde ambas artistas se juntaron.
Palais, de 34 minutos, es la segunda de las propuestas visuales de la exposición, en la que la propia Reynolds recorre el Palacio de Justicia de Bruselas, “una especie de delirio de grandeza”, en palabras de la bilbaína, construido a finales del siglo XIX, “muy laberíntico, con salas que imponen y hacen que el cuerpo se sienta muy pequeño e intimidado”.
Por último, un diapasón (dispositivo en forma de horquilla que se emplea como referencia para afinar instrumentos musicales) que vibra en el aire de forma ligeramente perceptible se sitúa en la sala junto a la proyección de Palais. “Es un diapasón modificado para que suene a la misma frecuencia de la voz de una persona que esta cerca”, indicó sobre la pieza, a la que ha llamado Justine, como la mujer en la que se ha inspirado.