- De viva voz compila en un volumen los textos escritos por Federico García Lorca para ser leídos en voz alta, conferencias, alocuciones e intervenciones públicas, e incluye fotos inéditas de apuntes que el poeta hizo para dos conferencias que no llegó a dar.
Víctor Fernández, coeditor del volumen junto con Jesús Ortega, explicó ayer que se han corregido “erratas que se arrastran desde hace años y se ha puesto al día el texto a partir del cotejo de la prensa de la época y algunos manuscritos que se reprodujeron en facsímiles”.
En la selección de De viva voz se ha incorporado la reproducción de “dos manuscritos que en sí no se habían visto nunca, son las notas que tomó Lorca para dos conferencias, una sobre poesía medieval española y otra en la que hablaba sobre las hadas, y que nunca se habían publicado íntegramente”. El volumen incluye asimismo “una carta prácticamente inédita, escrita en Argentina en la que habla de una conferencia que va a dar y de cómo quiere que sea el público”.
Esta compilación, en la que, según los editores, el poeta granadino siempre buscaba transmitir la “emoción poética”, forma parte de la colección de Debolsillo que recupera las obras de Lorca con un ánimo divulgativo.
El mismo García Lorca pensó en reunirlos para componer un libro, pero nunca llegó a hacerlo, si bien “el hecho de que tuviera esa intención indica que él mismo concebía estos escritos como auténticas piezas literarias dignas de ser publicadas”, advierte el editor.
Las alocuciones y conferencias abarcan un período temporal desde 1922, con el texto más antiguo, hasta el último, de 1936 y en ellas Lorca aborda “todos sus intereses literarios y artísticos”. Según Fernández, las conferencias fueron unas de las principales fuentes de ingreso para el poeta, dado que había renunciado a trabajar en la universidad.
Lorca nunca improvisaba sus intervenciones públicas ni tampoco leía dos veces la misma conferencia. El mismo poeta explicó los motivos por los que siempre leía sus textos, sin improvisarlos jamás, en una de sus charlas más conocidas, realizada con motivo de la inauguración de la biblioteca de su pueblo natal, Fuente Vaqueros (Granada), en septiembre de 1931. “No hablo, porque lo mismo que le pasa a Galdós y en general, a todos los poetas y escritores, estamos acostumbrados a decir las cosas pronto y de una manera exacta, y parece que la oratoria es un género en el cual las ideas se diluyen tanto que solo queda una música agradable, pero lo demás se lo lleva el viento”, dijo Lorca.
Entre las alocuciones destaca el Discurso al alimón de Federico García Lorca y Pablo Neruda sobre Rubén Darío, un diálogo que mantuvieron en el Pen Club de Buenos Aires en noviembre de 1933, que luego fue publicado por el diario El Sol de Madrid. -