avid Fincher se asoma a la intrahistoria de Ciudadano Kane, una de las grandes obras maestras de la historia del cine, poniendo el foco sobre el artífice inicial del guion, Herman Mankiewicz, en Mank, una de las películas más esperadas del año. Rodada en blanco y negro, fiel a la estética del Hollywood clásico y a los flashbacks de la célebre ópera prima de Orson Welles, Mank es una oda al proceso creativo, con sus luces y sombras, y aunque se ubica en el Hollywood de los años 30, aborda cuestiones de gran actualidad como los abusos por parte de los grandes estudios y la manipulación informativa.
"Es una historia fascinante y es maravilloso poder dar a conocer la otra cara, la película detrás de la película", dijo a Efe Amanda Seyfried, que da vida a la actriz Marion Davies, pareja sentimental del magnate William Randolph Hearst, que inspiró Ciudadano Kane. En opinión de Seyfried, Mank hace más justicia con la verdadera Davies que el personaje inspirado en ella que aparece en Ciudadano Kane, Susan Alexander. "Marion tenía otras dimensiones, era inteligente, impulsiva, amable y honesta", subraya.
Gary Oldman se pone en la piel del mordaz, idealista y alcohólico Herman Mankiewicz, que escribió el guion inicial de Ciudadano Kane encerrado en un rancho en las afueras de Los Ángeles con la asistencia de su secretaria y taquígrafa Rita Alexander (Lily Collins). "Rita Alexander fue un personaje real pero no he encontrado mucho sobre ella", señaló Collins. "No era una estrella de Hollywood, sino una mujer trabajadora que fue a parar a la industria del entretenimiento pero que no tenía miedo de decirle a su jefe lo que pensaba a la cara".
El guion inicial de Mank tampoco es del director de Seven o El club de la lucha sino de su padre, Jack Fincher, fallecido en 2003, que lo escribió en la década de los 90 pero nunca había llegado a rodarse. La trama deja claro que fue Herman Mankiewicz quien conoció a fondo tanto a Hearst como a Davies e imagina las diferencias que pudo haber entre el guionista y el magnate a la luz de una campaña promovida desde los estudios de Hollywood contra el escritor y político progresista Upton Sinclair.
El tema sale a la luz en una de las escenas más memorables del filme, en la que un Mankiewicz borracho pero lúcido pronuncia un monólogo con alusiones al Quijote que podría valerle un Oscar a Gary Oldman y que, según han contado los actores, hubo que repetir decenas de veces. "Todo el mundo sabe que Fincher hace muchas tomas, yo lo había oído antes de trabajar con él", señala Seyfried, "pero no es tan agotador como suena, en realidad es un lujo porque los actores no solemos disponer de tanto tiempo para hacer una escena por cuestiones presupuestarias". Fincher "respeta a los actores más que mucha otra gente que he conocido y es muy meticuloso por una razón, quiere contar su historia y sabe cómo hacerlo, así que hay que dejarle porque sus historias son maravillosas y él es un genio", añade la actriz estadounidense.
Mank también muestra cómo Herman Mankiewicz introdujo en la industria a su hermano pequeño y a la postre el más conocido de los dos, Joseph Mankiewicz (Tom Pelphrey), director y guionista de clásicos como Eva al desnudo o La condesa descalza. Pelphrey (Ozark) asegura que gracias a esta película tuvo acceso a la correspondencia entre los dos hermanos, cuando Joseph era solo un adolescente. "Me di cuenta de que su hermano mayor realmente forjó su carácter, y lo que él llegó a ser fue gracias a esa influencia", subraya.
Producida bajo el paraguas de Netflix, Mank se ha estrenado en una veintena de cines seleccionados de todo el Estado y se encuentra disponible en la plataforma. Con ella, la empresa presidida por Reed Hastings vuelve a retar a la industria de Hollywood colocándose entre las películas del año y favoritas para los Oscar, como hizo con Roma (2018) de Alfonso Cuarón o El irlandés (2019) de Martin Scorsese.
A pesar del tiempo pasado, aborda cuestiones de gran actualidad como los abusos de los grandes estudios y la manipulación informativa