assituaciones informativas extraordinarias favorecen la aparición de desconocidos protagonistas de actualidad, que de la noche a la mañana se cuelan en nuestras vidas y florecen en la huerta mediática y se convierten en personajes mediáticos, tal y como ocurre con el director coordinador del Centro de Emergencias y Alertas de la administración central, que se ha convertido en figura rutilante de informativos y ruedas de prensa de la pandemia que nos asola y destroza en unos tiempos de miedo, pavor y muerte.
Fernando Simón es personaje denostado por unos y aplaudido por otros; para unos, víctima de manejos políticos de Pedro Sánchez y para otros, profesional íntegro ajeno al engaño y manipulación estadística en sus comparecencias ante los medios frente a los cuales se siente cómodo y protagonista. El ya célebre doctor de aspecto montañero, vocecita atiplada y escasa presencia física, no se deja arrastrar por la vorágine mediática y con habilidad de espadachín y mente fría aguanta los embates de cientos de medios que le asaetean día sí y día también.
El habilidoso galeno metido a portavoz ha entrado en nuestras vidas y su necesaria comparecencia es pan informativo de una pavorosa enfermedad que no distingue sexo, raza, condición humana o riqueza acumulada. Fernando Simón dicta la crónica pavorosa de una dolencia mundial que ataca y perturba la vida de asaeteados humanos, muñecos destrozados por la presencia invisible de la covid 19. Simón ha ganado la baza de la credibilidad y confianza y sigue como piedra berroqueña desgranando datos, procesos y situaciones médicas con calma, apagado decir y afán pedagógico. Mártir o felón, pero necesario actor en el escenario comunicativo. Muñeco útil al poder del Gobierno o probo funcionario cumpliendo con su deber. En cualquier caso, importante personaje mediático. Cosas singulares de la aldea global.