- Nace por la situación de emergencia que ha provocado la aparición del covid-19. Pero mira al futuro más allá del recorrido que pueda tener la pandemia. Es, como explican las artistas Herre y Carolina, una "semilla" que están regando cada día con la mirada puesta en quienes crean pero también en quienes quieren disfrutar del arte. Para que el puente entre ambos no se rompa, ambas han creado una plataforma sin fines de lucro que ya cuenta con los 30 primeros autores seleccionados y que, hasta el momento, ha propiciado decenas de ventas. Es el denominado Mercado Cooperativo del Arte, una propuesta que tiene en Gasteiz su punto de arranque aunque, gracias a Internet, no conoce fronteras.
Por un lado, se trata de dar apoyo, de visibilizar, a artistas emergentes y a creadores de distintas disciplinas que quizás no tienen un alto alcance en las redes sociales ni trabajan para grandes empresas y clientes. Gente "que no tiene tanta salida, que hasta ahora se ha venido moviendo en mercados más underground, más allá de que sean personas con mucho por ofrecer, con mucha calidad en lo que hacen". Por otro, se busca a un público con interés, con ganas, con ansia de arte, aunque siendo conscientes de que las posibilidades económicas están mermadas. Por eso, a través de esta iniciativa, se ofrecen obras con dos precios cerrados y populares, 30 y 15 euros, dependiendo la pieza.
Es en mercadocooperativo.wixsite.com/arte donde ambas partes pueden encontrarse. En este espacio, los 30 primeros artistas seleccionados muestran entre tres y cinco de sus creaciones. Se puede ver cada obra y sus detalles técnicos, así como una breve semblanza del autor o autora. Si hay una o varias piezas que interesan, el visitante tiene que rellenar un formulario que llega de manera directa a las impulsoras de la plataforma, momento a partir del cual se pone en marcha el proceso. "Solo somos intermediarias. La idea es que haya el menor número de gente entre quien compra y quien vende. Ya hay circuitos de galerías y demás, que no nos parecen mal, pero la idea en este caso es distinta. Nosotras no ganamos nada. Lo hacemos por gusto. Además, es buenísimo cuando un artista vende una de sus obras. Ves felicidad pero también motivación".
En el caso, además, de que un artista venda todas sus obras, se compromete a, con el dinero obtenido con la última pieza, adquirir una creación de otro de los autores, al tiempo que deja su espacio a alguna otra de las personas que el Mercado tiene en lista de espera. "Es algo totalmente orgánico. Y nos estamos encontrando con muy buena predisposición por ambos lados, también por parte del público, porque son personas con muchas ganas de apoyar el arte y la cultura".
Aunque la propuesta no deja de ser una consecuencia de la pandemia, no ha nacido para quedarse limitada a ella. "Creemos que es una idea que puede crecer en el futuro", una iniciativa que, desde la autogestión, se ha encontrado "con mucha gente entusiasmada, que es lo que más nos ha motivado" a la hora de poner los pilares del proyecto. "Hay mucha gente, por ejemplo aquí en Vitoria, que puede ofrecer muchas cosas impresionantes. Ahí queremos estar nosotras".