- A estas alturas de su trayectoria como compositor, sin olvidar sus facetas de director de orquesta y violonchelista, el sello del getxotarra Fernando Velázquez se ha hecho tan conocido como inconfundible. Un camino en el que su relación con el realizador Juan Antonio Bayona está siendo más que fructífera a través de la gran pantalla. De ese trabajo conjunto, el autor ha rescatado ahora, ocho años después del estreno del filme, la banda sonora de Lo imposible para reunir a una gran orquesta internacional y confinada con la intención de rendir homenaje a las personas afectadas por el covid-19 y al personal sanitario que cada día lucha contra el coronavirus. Además, los derechos de autor generados por las visualizaciones del vídeo -que está disponible desde hace unos días en Youtube- en el que han tomado parte 58 músicos de todo el mundo, tres de ellos alaveses, van a ser destinados de manera íntegra a Médicos Sin Fronteras.
"Con esta interpretación conjunta, pero paradójicamente desde el confinamiento en lugares muy diversos del mundo, hemos querido expresar que todos estamos unidos a través de nuestras emociones, nuestros miedos y nuestros deseos, algo que olvidamos con demasiada frecuencia... y que, de una manera análoga, podemos unir nuestras acciones para ayudarnos unos a otros en la tarea de crear un mundo más solidario frente a las adversidades, que, como el tsumami de Lo imposible siempre acaban por llegar a nuestras vidas", apunta Velázquez.
James Rhodes, Richard Harwood, Nasturica Herschcowici, Emily Beynon y Giovanni Guzzo, entre otros intérpretes, han tomado parte en la propuesta, a la que también han aportado su saber hacer, desde Vitoria, Carmen Martínez Guerra (flauta) y la gallega afincada en la capital alavesa Patricia Pazos Pintor (fagot), así como el gasteiztarra residente en Donostia Óscar López (violín). "Somos compañeros de cuadradito" dice con una sonrisa este último, en referencia al montaje visual del vídeo, en el que se ve a cada músico tocando desde su domicilio, lo que se intercala con distintas fotografías tomadas a lo largo de estas semanas en torno a la lucha contra la pandemia.
"Todos sentimos mucha impotencia en momentos así, pero con los pequeños gestos de cada uno, desde su ámbito de acción, podemos crear una red de acciones humanas compartidas que de una manera silenciosa nos consuelen, nos reconforten y nos empujen a imaginar un futuro mejor. Esperamos que nuestra interpretación pueda ayudar a crear esa magia", señala Velázquez, quien, cabe recordar, también pasó por el Conservatorio Jesús Guridi en su etapa de formación.
Los tres intérpretes coinciden al señalar que la grabación de cada una de sus partes en solitario y desde casa les generó una sensación extraña. "Es muy diferente. Es estar practicando sola pero sabiendo que hay unas texturas de otros instrumentos que te van a arropar. Tienes que estar pensando en ello. No es lo mismo tocar una nota cuando estás sola que tocar la misma por encima de una armonía. La afinación es levemente diferente", describe, por ejemplo, Martínez Guerra. En ese sentido, Pazos comenta que su principal preocupación fue "que la interpretación no sonase plana. Tenemos una cámara zoom que de calidad de imagen no es tan buena, pero que percibe mejor los cambios de dinámica y los colores que le quieres dar al sonido, aunque es evidente que siempre es mejor tocar en directo". "Con los medios que uno dispone, intentas hacer las cosas de la mejor manera posible", añade López, al tiempo que describe el proceso como "cuando uno toca encima de un disco, pero distinto".
Ahora que todos los engranajes están conjuntados y ya está disponible el resultado final, satisfacción es la palabra que los tres repiten a la hora de valorar su participación en la propuesta. "Aparecer en un proyecto así, en el que se ha implicado a gente de todo el mundo, es algo que te emociona" dice el violinista. "Confiar en el equipo de Fernando es fácil porque han trabajado en tantas bandas sonoras que es evidente que saben lo que hacen", señala Martínez Guerra, mientras que Pazos apunta que "la melodía de Lo imposible es impresionante, muy emocionante. Y junto a las imágenes que retratan lo que está pasando, hace que el vídeo sea muy especial. Tenemos todavía muchas emociones que sacar. Hemos tragado mucho en esta situación quedándonos en casa y este tipo de vídeos ayudan a expulsar lo que llevamos dentro".