- La idea, como en ediciones anteriores, era tener para junio más que perfilada la programación de la octava edición del festival cultural y solidario Aitzina Folk, que se celebrará, como siempre, entre noviembre y diciembre. De hecho, “ya tenemos cinco grupos con los que están casi cerrados sus conciertos”, como explica el director del certamen, Patxi Villén. Pero la incertidumbre generada por el covid-19 ha hecho que todos los planes estén en estos momentos en una especie de limbo a la espera de que se aclaren las normativas que regirán la celebración de conciertos, sin perder de vista lo que se establezca para la realización de otras actividades propias de la iniciativa en favor de la investigación de la ataxia telangiectasia (AT) como talleres, encuentros... “Por supuesto, nos gustaría hacerlo físicamente porque la música en directo no tiene parangón, pero en caso de no poder hacerlo así de manera íntegra o parcial, vamos a buscarnos la vida para poder llevar a cabo el festival y otras actividades más atractivas que una serie de actuaciones on-line”.

Lo que no está sobre la mesa es la cancelación puesto que “creemos que ahora más que nunca tenemos que seguir apoyando la cultura y a los artistas del folk, que también se han visto golpeados por el efecto de la pandemia” sin perder de vista que “también la recaudación es uno de los puntales que nos ayuda a seguir financiando nuestro proyecto de investigación sobre la AT, en una época en que la recaudación de fondos se ha frenado gravemente en el ámbito de las enfermedades raras”.

De hecho, el certamen ya tiene el balance de lo conseguido en la edición de 2019 -que contó de nuevo con la colaboración de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA-, que asciende a 30.000 euros, que se destinarán a financiar el proyecto de investigación de terapia génica que financia Aefat, la asociación que agrupa a las familias afectadas por AT, en la Clínica Universidad de Navarra. “Estamos satisfechos con lo obtenido. La verdad es que merece la pena todo el trabajo que supone el festival y liar a tanta gente” para poder mantener el trabajo que se está realizando desde Pamplona. “A pesar de la situación, siguen avanzando a través del teletrabajo” en torno a una enfermedad rara que en Álava afecta a dos personas.

Parece evidente que, a no ser que la situación por la pandemia cambie mucho en los próximos meses, la posibilidad de igualar esta cifra en 2020 va a estar lejana. “Aunque el trabajo no de tanto rendimiento de cara a la investigación como otros años, contamos con ello y tenemos que poner nuestro granito de arena. Hay que intentarlo”. Además, Villén resalta que “queremos mantener vivo el espíritu del festival y estamos analizando diferentes ideas, también para apoyar, dentro de nuestras posibilidades, a los músicos, a quienes les viene ahora una racha mala. Si podemos echar un cable desde aquí, además agradeciendo todas las ayudas que nos han prestado los músicos a nosotros durante estos años, vamos a estar ahí”, sin perder de vista que “está todo abierto porque tenemos que saber aforos, condiciones, características… Estamos a la expectativa de cómo van a quedar las cosas y de hablar también con las instituciones que apoyan al festival”.

En todo caso, y asumiendo que el verano va a acarrear más trabajo que en otras ocasiones, “estamos hablando con los voluntarios del festival, que tanto nos dan siempre, porque hay que aprovechar estos momentos para comerse un poco la cabeza y ver qué cosas nuevas se pueden hacer, que sean atractivas y que sirvan para dar a conocer la música tradicional y de folk”.

Cabe recordar que en las siete ediciones precedentes han tomado parte más de 100 grupos y artistas, congregando a más de 27.000 espectadores y recaudándose más de 160.000 euros para investigar la AT. Para este fin, además, existe abierta de manera permanente una Fila 0 ( (Laboral Kutxa 3035 0228 96 2280099996).

“Dentro de nuestras posibilidades, queremos apoyar a los músicos ante lo que les viene”

Director del Aitzina Folk