La investigadora Selma Huxley ha fallecido este lunes a los 93 años. De origen londinense, en su trayectoria académica ha destacado por su trabajo sobre los balleneros vascos y canadienses, que se desplazaban en sus campañas hasta el enclave de Terranova. Fue la gran impulsora de que los puertos balleneros vascos de los siglos XVI y XVII lograran la calificación de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Premio Lagun Onari del Gobierno vasco y galardonada con la medalla de oro del Aquarium de Donostia en 2013, Huxley (cuyo marido admiraba la arquitectura vasca) consiguió en 1973 un contrato con los Archivos Públicos de Canadá por el cual se le pedía que localizase documentación de interés para aquel país.
Esta labor le llevó a Oñati, donde residió durante dos décadas, investigando la documentación que contenía el Archivo Histórico de Protocolos de Gipuzkoa. "Existe mucha documentación sobre los pescadores vascos, tanto en los archivos parroquiales de Gipuzkoa como de fuera", explicó la investigadora en 2013, al tiempo que contaba que su trabajo le llevó a consultar documentos en distintos lugares del País Vasco y del Estado como Tolosa, Bilbao, Burgos, Valladolid, Madrid, Sevilla o Lisboa. Entre los documentos investigados halló pólizas de seguros, contratos de tripulantes, testamentos o listas de aparejo, lo que le permitió determinar que "existían importantes asentamientos vascos en Terranova y Labrador".
Huxley logró identificar los asentamientos y los principales puertos balleneros que utilizaban los arrantzales, lo que llevó a la investigadora a regresar a Canadá, desde donde siguió trabajando. En aquellas investigaciones consiguió descubrir restos de dos balleneros vascos en Red Bay, lo que el Gobierno canadiense declaró el enclave como Sitio Nacional de Canadá en 1979 y a ella la nombraron miembro de la Orden de Canadá máxima distinción civil del país en 1981.
"Me encanta Donostia y venir aquí. Todavía me quedan muchos amigos en esta zona y vengo siempre que puedo", declaró emocionada en el homenaje que el Aquarium le tribuó en 2013, donde fue reconocida como mujer "clave" para descubrir "las hazañas memorables de los arrantzales vascos en Terranova en los siglos XVI y XVII".