- Su actividad está totalmente detenida desde el primer fin de semana de marzo, pero en el WiZink Center se trabaja sin descanso. “Es el momento de la creatividad”, remarca Manuel Saucedo, consejero delegado de Impulsa Eventos e Instalaciones, empresa gestora del recinto madrileño, quien además mira al futuro con esperanza: “Confiamos en recuperar la normalidad en otoño”.

“Recibimos instrucciones de las autoridades sanitarias, pero lo que hacemos es ir avanzando”, añade, para luego empezar a detallar posibles medidas desde literalmente la puerta del pabellón: “Tenemos 60 puertas para el público. En un concierto convencional abrimos treinta, de manera que en el protocolo que estamos redactando para conseguir fluidez en entradas y salidas planteamos abrirlas todas”. Así se puede garantizar que cada espectador entre “por la puerta más cercana a su localidad” en la grada, algo que en el caso particular del WiZink Center se traduce en “unos 20 o 25 metros” de recorrido -dejando de lado el camino hasta la pista en los conciertos, que sería lógicamente algo mayor-. “Podemos así garantizar fluidez y que no habría mucha aglomeración de público”, explica Saucedo, quien pone en valor acto seguido que tienen cronometrado que, con el aforo máximo de 17.000 personas, el pabellón se puede evacuar “en 8 o 10 minutos” abriendo tan solo treinta puertas. “Si abrimos todas se puede mejorar”, apostilla.

Otra de las medidas que se podrían poner en marcha con rapidez sería la instalación de cabinas desinfectantes en todas esas puertas, tanto para conciertos como para los partidos de baloncesto del Real Madrid y el Estudiantes. Así, destaca Saucedo que si las autoridades sanitarias les piden un sistema de este tipo, que desinfecta y mide la temperatura en un tiempo que va de 5 a 7 segundos, están ya “en disposición de ponerlas”. Además tienen ya instalados “en todos los vestíbulos dispensadores de geles desinfectantes” y podrían dejar siempre abiertas las segundas puertas de acceso a las gradas para que el público “no tenga que tocar ningún material hasta sentarse en su butaca”. En este afán por luchar contra el coronavirus, la empresa de limpieza del WiZink Center se ha asociado ya con otra empresa de desinfección, “con todos los certificados para usar productos mucho más potentes” con máquinas de ozono o cañones nebulizadores.

Garantizar la distancia de seguridad es otra de las prioridades del WiZink Center, que cuenta con butacas “especialmente anchas” de 55 centímetros, lo cual significa que “entre cabeza y cabeza en dos localidades consecutivas hay una distancia de 55 centímetros”. “Estamos viendo cuánto sería nuestro aforo si tuviéramos que usar solo un tercio, o en fases posteriores el 50 o cuando sea total. Estamos haciendo estudios para comprobar qué aforo tendríamos con todo el mundo sentado, incluyendo la pista, respetando la distancia de seguridad que se han establecido en las fases de vuelta a la normalidad”, avanza.