- Mientras disfruta de un café en su casa de Toronto, la escritora canadiense Margaret Atwood (Ottawa, 1939) reconoce que es una persona "interesada en plagas desde hace bastante tiempo", "realista" y admite que el mundo tras el covid-19 será "diferente", aunque más necesitado que nunca de una "prensa libre". La autora de El cuento de la criada y su secuela, Los testamentos, se sienta ante del ordenador en la oficina que tiene en casa, ajusta la cámara para modificar el encuadre de la imagen y agarra su taza de café antes de empezar a relatar cómo está viviendo la excepcionalidad causada por el covid-19. Hija de un entomólogo, rezuma optimismo, que ella califica de realismo, mientras utiliza con comodidad términos y conceptos epidemiológicos salpicados con su agudo sentido del humor.
¿Cómo está encarando el confinamiento, el distanciamiento social y en general la forma diferente de vivir y relacionarnos?
—Los escritores pasamos mucho tiempo en casa escribiendo. Y yo crecí en un zona bastante remota del mundo donde no había mucha gente. Así que estoy acostumbrada, más que mucha otra gente. Para ellos es más duro que para mí. Me autoaislé durante días y ahora estoy practicando el distanciamiento social. Para mí no es un cambio absoluto. Nunca salía de la oficina de todas formas (risas).
Pero alterado la forma en que vivía.
—Sí. No viajo. Hemos cancelado muchos eventos. Estamos haciendo varios on line, cosas que normalmente habríamos hecho en persona. Y estoy pasando mucho más tiempo hablando de esta forma, ante una pantalla en vez de ir a tomar un café en algún sitio. Es mejor ir a tomar un café a algún sitio pero tengo uno aquí. Así que estoy en cierta manera tomando un café contigo.
Así que el covid-19 no ha conseguido pararla.
—No me ha parado pero ha alterado la forma en que hago las cosas. A menos que estés enfermo, o muy ansioso por tu negocio, realmente no para a la gente. Se está horneando una gran cantidad de pan casero hasta el punto de que hemos tenido problemas para encontrar harina. No había horneado pan desde hace muchos años, pero lo estoy haciendo ahora. Lo mismo con comidas caseras. Y pasó más tiempo cuidando el jardín. Esto nos lleva a los tiempos de la Gran Depresión, a los jardines victorianos.
¿Le afecta emocionalmente?
—Estoy preocupada por otra gente. No estoy preocupada por mí porque en estos momentos no me pasa nada. Si estás en casa, con suficiente comida, no estás enferma, tus niños no te están volviendo loca y no estás preocupada por lo que será de tu vida, que es lo que le pasa a mucha gente, ¿por qué estaría ansiosa? No estoy preocupada por mí sino por otras personas. Pero a mi edad, no hay mucha gente más vieja que yo por la que me tenga que preocupar (risas).
¿Estamos exagerando esta crisis?
—No se le puede decir a la gente que se compare con otra realidad que nunca ha experimentado, especialmente a los más jóvenes. Para ellos es bastante aterrador. Pero es un virus, lo que significa que podemos desarrollar una vacuna y cuando esté podremos distribuirla para reducir la tasa de transmisión a menos de 1 lo que, espero, significará que lo controlaremos o estará más controlado. Y con suerte desaparecerá como el SARS.
Es usted una optimista.
—Soy realista. Sabemos lo que es y cómo se transmite. No sabemos todo porque en algunas personas causa daños no solo en los pulmones. Pero sabemos mucho más de lo que la gente sabía en el siglo XIV sobre la peste y más que al principio del SARS. Lo que ha ido mal es que no estábamos preparados. No hemos escuchado a los epidemiólogos que advirtieron de que algo así podría pasar.
Su padre era un científico, un entomólogo que estudió durante gran parte de su vida las muertes masivas de árboles. ¿Qué cree que habría dicho sobre esta pandemia?
—Hubiera dicho: "No me sorprende". Nuestra casa estaba llena de todo tipo de libros científicos. Uno de ellos fue uno de los primeros de la especialidad, Rats, Lices and History (Ratas, piojos e historia) de Hans Zinsser, de la década de 1930. Le siguieron otros similares sobre distintos tipos de pandemia, extinción de especies€ El planeta ha visto muchos de estos eventos. También está Guns, Germs and Steel (Armas, gérmenes y acero) de Jared Diamond. Y 1491, que detalla lo que pasó en Suramérica y Norteamérica cuando las enfermedades europeas golpearon el continente con males a los que la gente no tenía inmunidad adquirida o hereditaria, que es lo que pasa con el covid-19. Por eso se está propagando de esta forma, porque nadie está inmunizado excepto, quizás, ahora mismo los que lo han tenido y se han recuperado.
¿Cuál es el papel de artistas y escritores como usted?
—No sé si tenemos un papel (risas). Creo que deberíamos escuchar a los científicos. Y no estoy segura de que esté hablando como una escritora. Probablemente estoy hablando como alguien que ha estado interesada en plagas desde hace bastante tiempo. De hecho he escrito un libro con una plaga.
¿Es un hecho aislado o parte de un problema mayor?
—Escribí un libro, Payback, en el que en el sexto capítulo se encaran dos posibles futuros. En uno hemos arreglado el planeta y en el otro no lo hacemos. Una cosa que sucede cuando se altera el medio ambiente hasta el punto de presionar la vida es que se producen más brotes de enfermedades de lo normal porque los microbios son oportunistas. Microbios hostiles aprovecharán seres con sistemas inmunológicos debilitados. Además de los grandes fuegos forestales en Australia y del agotamiento de los océanos, ahora tenemos algo que nos afecta directamente, el covid-19. ¿Por qué la pandemia de gripe de 1918 fue tan mortal? Porque mucha gente tenía sus sistemas inmunológicos debilitados por la I Guerra Mundial.
¿Saldrá algo positivo de esta crisis?
—Espero que sí. Somos seres que piensan en el corto plazo. Tras el SARS se desarrollaron planes en los que los epidemiólogos señalaban lo que deberíamos hacer y los preparativos necesarios. Cuando el SARS fue contenido, esos planes se archivaron. Quizás esta vez los pondremos en marcha. Quizás dejaremos de comer algunas especies de animales exóticos. Quizás dejaremos de una vez en paz a los murciélagos. Otra consecuencia es la redistribución de la riqueza en algunos países. No tanto en Estados Unidos, donde la ayuda está beneficiando a los más ricos. Pero en otros países, el dinero está siendo distribuido a la gente que no puede trabajar y eso es un tipo de redistribución que no habíamos visto desde los años 30. Las crisis generalmente causan la redistribución de la riqueza. Las guerras también. Como la Revolución Francesa. Mucha riqueza fue redistribuida. Las cosas se mueven durante las crisis, incluido el dinero.
Hay temor a que el covid-19 sea aprovechado para limitar libertades, para crear sociedades distópicas no muy diferentes de las que usted ha reflejado en algunos libros.
—No hay ninguna duda de que hay gobiernos autoritarios que aprovecharán la oportunidad para establecer un mayor control sobre la sociedad. Estoy segura de que pasará en algunos países y posiblemente de una forma u otra en todos. Cuando la gente está asustada lo acepta. Una vez que la pandemia haya pasado, ¿veremos una relajación de las normas en las democracias? Esperemos que sí. Aunque a veces, lo que sube nunca baja. Excepto los impuestos. No sabemos pero esto subraya una vez más la necesidad de tener una prensa libre. Necesitamos saber qué está pasando tanto como sea posible.
¿Cambiarán el arte, la literatura...?
—Nadie lo sabe. Siempre es apresurado intentar predecir lo que los artistas intentarán hacer. A menudo uno se equivoca. Alguien dijo el otro día con bastante alegría que si no hubiese sido por la Peste Negra no habríamos tenido el Renacimiento. Respondí que era aleccionador aunque no para la mitad de la población que murió. En verdad cambió bastante el orden medieval.
¿Sigue recortando noticias para documentarse e investigar sobre temas que trata en sus libros?
—Sí, pero ahora lo hago mucho on line. Hice mucha investigación cuando estaba escribiendo Los testamentos. Creo que va a ser gente más joven quien escribirá sobre esto. Hay una gran cantidad de material on line, incluido lo que dijeron diversos líderes mundiales, como que no era nada, que era como un resfriado. ¡Sorpresa! Ha sido más grave de lo que se había anticipado. Algunos han aparecido como mejores líderes de lo que pensábamos que eran. Creo que Trudeau lo está haciendo relativamente bien. Y sabemos lo que se piensa de Trump. Ha sido bastante errático. Y de repente acusa a la Organización Mundial de la Salud de no anticiparse. ¡Perdón! Lo hizo mucho antes que él. Parece que su declaración de que no acepta ninguna responsabilidad se aplica a todo.
"El dinero se distribuye a gente que no puede trabajar, es un tipo de redistribución de la riqueza que no veíamos desde los años 30"
"No hay duda de que gobiernos autoritarios aprovecharán la oportunidad para establecer un mayor control sobre la sociedad"