- Su programa, Dida, un morning show que se emite entre las siete y las once de la mañana, es un buen momento para desconectar en estos días de confinamiento. Con un estilo desenfadado, Edurne Garmendia y sus compañeros ofrecen un espacio de información, entretenimiento, humor y sobre todo, mucha música, ingredientes que no deben faltar en estos días. Y es que, a lo largo de estos 30 años, Gaztea se ha hecho un hueco entre los oyentes jóvenes y no tan jóvenes, gracias a una propuesta divertida que ha sabido mantener la esencia de la radio sin renunciar a nuevas formas de comunicación.
Han pasado nada menos que tres décadas, ¿cómo valoraría su paso por la cadena?
-Ha sido muy positivo en todos los sentidos, pero sobre todo destacaría los profesionales a los que he tenido el honor de conocer. Auténticos cracks. En la actualidad, Gaztea se encuentra en su punto más profesional. Es una emisora que hemos forjado entre todos, no hemos inventado la radio fórmula, ni la radio para jóvenes, pero sí ese formato en euskera. En eso sí hemos sido pioneros. Y en esa labor he tenido la suerte de conocer a profesionales que han hecho escuela y han creado estilo como Joseina Etxeberria, Itziar Alduntzin, Ainhoa Urkia, Edurne Ormazabal, Klaudio Landa, Irantzu Karrera€, y tanta gente maravillosa que ha pasado por aquí, todos ellos son los padres y las madres de la criatura.
¿Cuál ha sido el mayor cambio al que se ha tenido que enfrentar la emisora en este tiempo?
- Sin duda, la transformación digital. Antes la radio era solo radio, sin embargo hoy en día ésta no puede subsistir sola, tiene que estar acompañada de una web muy potente, redes sociales, etc. La imagen se ha convertido en un elemento fundamental, si me hubieran dicho hace diez años que iba a hacer una radio que también es imagen, no me lo habría creído.
¿Qué se mantiene intacto desde su nacimiento?
-El plano técnico ha avanzado muchísimo. La radio es cada vez más profesional y con ella, todo ha mejorado de forma exponencial: los locutores, la realización, los programas€. Al mismo tiempo yo creo que hemos sabido mantener lo esencial, es decir, la personalidad y el tono. En radio hablamos de tono cuando queremos apelar al formato, al estilo... en nuestro caso es algo dinámico y ese punto de energía no ha cambiado.
¿Cómo ha cambiado el público y la manera que tienen de relacionarse con él?
-Yo creo que el público no ha cambiado, las personas somos las mismas y algunos han envejecido con nosotros. A su vez estamos atrayendo a gente joven, pero tenemos claro que la radio tal y como era antes no es un formato dirigido a personas jóvenes, de ahí la importancia de estar también en redes sociales y otras plataformas que en principio conectan de una manera más estrecha con ese público.
Lo que sí han cambiado son las formas de comunicar, y sobre todo los formatos. Antes los oyentes venían a vernos y nos traían una tarta, nos escribían cartas, luego empezaron a escribir e-mails, después vinieron los sms y más tarde llegaron los audios y los whatsapps. Algo que tampoco ha cambiado es la relación estrecha y cercana que siempre hemos mantenido con los oyentes. Desde nuestros inicios mantenemos un feedback muy directo con ellos.
Hoy en día, ¿cuáles son los objetivos de la emisora?
-Yo diría que muchos de los objetivos con los que nació se mantienen: el espíritu divertido para ofrecer una propuesta informal que quiere informar pero sobre todo entretener con una buena base musical. Nos preocupamos mucho por dar cabida a todo tipo de estilos: desde lo local hacia lo global tratamos de ofrecer buena música.
¿Desde cuándo llevan preparando la celebración del 30 aniversario?
-Todos los años celebramos el cumpleaños, es cierto que en los años redondos nos hemos volcado con propuestas más especiales, pero siempre lo celebramos porque es una buena excusa para hacer algo distinto, dar premios, conciertos, y acercar nuestra marca al publico y a la calle. En esta ocasión, teníamos especial responsabilidad, ya que 30 años son palabras mayores, pero de una manera inesperada hemos tenido que posponer gran parte de nuestros planes. Al mismo tiempo, estamos en una situación tan excepcional que nos ha dejado un poco descolocados.
El 15 de marzo se impuso el estado de alarma, ¿han podido mantener algún acto o los han adaptado?
-Los grupos emiten por streaming los conciertos que teníamos preparados, los locutores hemos hecho algo especial desde casa, hemos realizado algún montaje, y a través de Instagram hemos recibido multitud de mensajes de felicitación de personas que son parte muy importante de la emisora. Lo estamos celebrando como podemos, pero está claro que las acciones potentes tendrán que esperar.
¿Y en cuanto a los contenidos del día a día?
-Estamos ofreciendo propuestas especiales, y estoy contenta porque la gente lo está agradeciendo. Durante el rato que estamos en antena tratamos de ofrecer un espacio para desconectar y evadirse, con mucho sketch, buena música y sobre todo, mucho humor. Entre las ideas que han surgido para hacer más llevaderas estas semanas de confinamiento, hemos rescatado y reinventado algo que se hacía hace años en la radio, las felicitaciones personalizadas. Teniendo en cuenta que estos días quienes cumplen años no lo pueden celebrar, hemos pensado en hacer algo especial para ellos y hemos recurrido a esta idea. Los oyentes pueden elegir qué músico quieren que les felicite y nosotros nos encargamos del resto.
¿Cómo lo está viviendo a nivel personal?
-Bien, tengo hijos mayores, de 19 y 16 años, ellos siguen con sus estudios y yo estoy encantada porque tengo más tiempo para estar con ellos y con mi marido. Tenemos salud, mi madre y mis hermanos están bien, así que dentro de la situación intento quedarme con lo positivo.
Un deseo para los próximos treinta años€
-Mi deseo sería poder mantener ese tono desenfadado y dinámico del que he hablado antes y, al mismo tiempo, ser capaces de adaptarnos a las nuevas tecnologías e incluso adelantarnos a ellas. Todo ello sin olvidarnos de que hacemos radio y la radio es única.