ámsterdam - El accidente aéreo de Ethiopian Airlines, que se cobró el año pasado la vida de 157 personas, y las protestas sociales en países como Sudán y Argelia, se encuentran entre los temas fotográficos nominados a la edición de 2020 del World Press Photo, que volverá por decimoctava vez a Vitoria entre el 16 de octubre y el 15 de noviembre para mostrar sus mejores imágenes en el antiguo Depósito de Aguas (Montehermoso). Las nominaciones seleccionadas por el jurado se centran en "la protesta y el papel de los jóvenes en la activación del cambio".
Una de las primeras fotos preseleccionadas es del fotoperiodista etíope Mulugeta Ayene que representa a una mujer en "un momento de tristeza" en el escenario posterior al accidente aéreo de Ethiopian Airlines. "El hecho de que ella esté echándose en la cara la tierra que podría haber sido tocada por uno de los suyos que murió es para mi una imagen increíblemente poderosa", explica Lucy Conticello, miembro del jurado.
Una de las fotos seleccionadas para representar protestas sociales del 2019 la tomó el argelino Farouk Batiche durante el choque entre la policía y los estudiantes que se manifestaban contra el Gobierno en Argel. Esta foto representa "la necesidad de que los jóvenes se hagan cargo de su propio futuro", según la estadounidense Sabine Meyer.
Esta idea también la comparte su colega en el jurado Chris McGrath, quien cree que la foto de Batiche "resume a las personas que luchan contra la autoridad, defienden sus derechos, salen a la calle y se resisten, o defienden lo que quieren".
Otra de las imágenes nominadas a foto del año es similar en temática. Se titula Voz directa y la hizo en Sudán el fotógrafo japonés Yasuyoshi Chiba, en la que aparecen varios jóvenes, pero donde destaca un chico que centra la atención de los focos de cámaras y de la multitud, que le observa recitar un poema a gritos con la mano en el pecho.
La cuarta imagen se titula Despertar y fue publicada por el polaco Tomek Kaczor: aparece una joven conectada a un tubo de alimentación porque "sufre síndrome de la resignación, un estado catatónico en el que entran muchas personas y que ha sido observado en las poblaciones migratorias dentro de Europa", detalla Tanvi Mishra.
De los horrores de la guerra que obliga a emigrar habla también la fotografía del irlandés Ivor Prickett, del New York Times, en la que sale un joven combatiente kurdo-sirio gravemente herido, que recibe la visita de su pareja por primera vez desde que está hospitalizado. "Lo que es muy conmovedor de esta foto es el lenguaje corporal entre el combatiente y su novia, que es incapaz de mirarle. Él gira la mirada hacia ella suplicando una conexión. La foto trae la geopolítica a una consecuencia muy humana y simple", subraya Lucy Conticello, en referencia al impacto que tuvo en los civiles la decisión de retirar las tropas estadounidenses de Siria el año pasado.
La última imagen nominada es del fotógrafo Nikita Teryoshin, hecha en una feria de armas en Rusia y que presenta a un hombre colocando un par de granadas en un armario. La foto se titula No es nada personal: la oficina de apoyo de la guerra, como crítica a la venta de armas, que no suele tener en cuenta contra quién ni el lugar donde se acabarán usando.