Vitoria - Aunque han pasado dos décadas desde que Kaos Etiliko decidiese detener su camino, su huella todavía permanece. Lo hace, por ejemplo, en quien fuera su cantante, Zigor, que tras afrontar proyectos como Lacaza y Sioux y sin dejar de lado otras propuestas, en los últimos tiempos se ha puesto al frente de KO Etiliko, grupo que sin perder de vista el pasado quiere también mirar hacia al futuro con la publicación de un nuevo disco +Kaos Ke Nunka. Siete temas -cinco composiciones propias y dos versiones- dan forma y fondo a un trabajo que la banda presentará el próximo 8 de febrero sobre las tablas de la sala Jimmy Jazz. Será en una noche en la que estarán acompañados por Obsesión Fatal, aunque siendo el concierto en casa no se descartan algunas sorpresas. Todo se andará.
"Cuando retomamos KO Etiliko era tocando todo el repertorio de No hay Agua y Porsupuestón. Pero había presión por sacar un trabajo nuevo y seguir en la misma onda", explica Zigor sobre este álbum que se presenta con una antigua cassette en la portada. Grabada a lo largo de septiembre y octubre de 2019 en los estudios Itxura Records con Fran Pérez a los mandos técnicos, la producción es el resultado de un proceso "al que fuimos con las canciones un poco verdes, sin tampoco preparar demasiado, porque no teníamos miedo, sabíamos el material que teníamos entre manos".
Como explica el cantante, el grupo ha decidido dejar material fuera y limitar el número de cortes. "De cualquier banda que te guste, te escuchas un disco y en realidad hay seis o siete temas que te llegan, mientras el resto los pasas sin más. Nuestra intención era hacer un disco de siete canciones, un álbum que fuera corto pero brutal, que te pidiese darle una vuelta tras otra". Con todo, en los planes está afrontar la grabación de otra nueva referencia de estudio a lo largo de este 2020 con la intención de publicar más material a final de año. "No podemos parar", sonríe Zigor.
Pero eso queda en manos del calendario. Lo más inmediato es el lanzamiento de + Kaos Ke Nunka. "Con que la gente se sienta identificada, por lo menos, con una canción, nos damos por satisfechos", con composiciones en las que se pretende llegar al público "con letras directas sobre el día a día, sobre lo que le pasa o le puede pasar a cualquiera". Al fin y al cabo, "esto es lo que nos gusta hacer ya tenga ahora más aceptación o menos el estilo. Es lo que nos hace vibrar. Estamos más piña que nunca y creo que lo vamos a demostrar en los directos. Espero que a la gente que le gustaba Kaos se sume, y que también lo hagan as nuevas generaciones. A muchos conciertos vienen el padre y el hijo y no sabes quién lo ha gozado más".
De hecho, la carretera llama. "Yo llevo cuatro o cinco meses sin subir a un escenario y ya no me aguanto". La primera parada, tras la salida del disco, se producirá el 31 de este mes en Villava (sala Totem), para dar paso después a la mencionada actuación en la capital alavesa. "Serán conciertos de una hora y media más o menos, en los que meteremos los temas nuevos y una selección de las canciones de Kaos".
De esta forma, Zigor afianza esta nueva senda dentro de su ya dilatada trayectoria musical. "Es algo que corre por mis venas. Toda la vida lo he mamado, desde joven. Mi aita era cantante de un grupo y también en la Coral Araba. La música se me inculcó desde muy niño. Y claro, desde que tenía uso de razón, ya quería hacer un grupo. Cuando pude, lo monté. Desde entonces he hecho muchas cosas. Es que esto me pone muchísimo. El hecho de subir al escenario es una sensación brutal, es donde realmente estoy a gusto y me siento cómodo", apunta Zigor, al tiempo que explica que "siempre tengo la inquietud de hacer cosas nuevas. Cuando me metieron esto de nuevo, nos pusimos al lío y vimos que la gente tenía ganas de lo que hicimos hace 20 años. Eso me llevó a hacer KO Etiliko. He intentado retomar el estilo, la onda, la esencia que tenía Kaos".