barcelona - Niklas Natt och Dag pertenece a una de las familias nobles más antiguas de Suecia, y esa tradición histórica se cuela en su primera novela, 1793, mezcla de género histórico y negro, en la que, reconoce, se nota la influencia de El nombre de la rosa, de Umberto Eco o los libros de Patrick O’Brien.
1793 (Salamandra en castellano y Proa en catalán) narra la investigación policial del asesinato de un hombre que, mucho antes de morir, sufrió la amputación de las cuatro extremidades y al que le arrancaron los ojos, los dientes y la lengua, todo ello en el marco del Estocolmo del siglo XVIII, capital de un imperio escandinavo al que llegan noticias de la revolución que ha triunfado en Francia. Natt och Dag (Noche y Día, literalmente) cuenta que de pequeñoera “un gran lector, un niño solitario, bastante tímido, que encontré en la literatura a un gran compañero y me parecía fascinante que un escritor ya muerto pudiera transmitir algo tan fuerte y establecer una conexión tan intensa a través de la lectura”. Antes de dar el salto a la literatura, pasó por el estadio previo del periodismo durante quince años “para aprender a escribir y narrar historias”. De la práctica periodística aprendió “la importancia de la documentación previa”, pero en el primer borrador de su novela, que fue rechazado varias veces por las editoriales, “había demasiada historia y poca trama”, y para superarlo le ayudó, reconoce, la historias que cantaba el poeta y trovador sueco Carl Michael Bellman, que “en 1700 hablaba del pueblo llano, de los borrachos”.
violencia El autor, que ya ha publicado en Suecia la continuación de esta trilogía, 1794, y prepara ya la última, 1795, no se muestra condescendiente con el rey sueco de la época, que “en su juventud era un idealista con grandes ideas acerca del pueblo, pero, cuando llegó al poder, abusó, censuró, era paranoico y acabó siendo asesinado por la espalda por gente de la que no podía sospechar”. La serie mantiene a los dos protagonistas investigadores, el abogado Cecil Winge y Mickel Cardell, un veterano de la guerra contra Rusia, para los que partió de la pareja clásica Sherlock y Watson, “un recurso que permite representar las dos caras de la humanidad, aunque finalmente se parecen más a Tintín y el Capitán Haddock”.
Para escribir la novela, Natt och Dag se sumergió en la época “comprando mapas y diarios de la época, documentándome en bibliotecas y leyendo muchos documentos de esos años que están digitalizados”. Ese esfuerzo documental le permitió “mostrar con rigor el Estocolmo de la época, que es poco agradable”, para acabar descubriendo que “lo local acaba siendo universal”. Sin embargo, cuando comenzó a escribir como debutante, nunca pensó que pudiera vivir de la escritura y tampoco pensó que su obra pudiera tener interés en el extranjero.
La novela se publicó en 2017 en Suecia y obtuvo un éxito inmediato de crítica y público, vendió más de 300.000 ejemplares, alcanzó la cima de los libros más vendidos de Suecia, Alemania y Reino Unido, y más de 30 países adquirieron los derechos.
Para la tercera parte de la trilogía el autor anuncia que “se cerrarán flecos y contaré más sobre los protagonistas”, pero descarta prolongar la serie. Sobre la escatología y la violencia de algunas escenas, Niklas Natt och Dag se justifica: “Soy detallista, entro a fondo en las cosas, y me parecía lo más consecuente que esas escenas de violencia fueran así, sin que fueran gratuitas, porque pretenden tocar la fibra sensible del lector”.