El resultado de esta entrevista, así como otra gran cantidad de archivo propio y ajeno, ha sido recogido por el cineasta en Los demenciales chicos acelerados: Euskadi y tal, una de las esquinas de un triángulo con el que pretende hacer un repaso de estos años en tres enclaves distintos.
Además de este documental musical, que toma el nombre de un álbum de Eskorbuto y se presentará mañana por la tarde en el festival Dock of the Bay de Donostia, Filmin cuenta en su catálogo con la pieza dedicada a los grupos de Barcelona, y el propio Grau comenta la intención de culminar este tríptico con otra obra que se centre en el movimiento musical que se dio en Madrid. El catalán, que inició su carrera como realizador y editor en Barcelona Televisión y que posteriormente ha colaborado de forma independiente en el programa Metrópolis de La 2, expone que los movimientos musicales en los tres enclaves respondían a realidades distintas.
Las letras de los grupos catalanes respondían a una mentalidad “obrera”, mientras que el contexto madrileño, el de La movida, era algo más desideologizado. Euskadi, por su parte, devolvía una realidad mucho más “dura y cruda”, que se reflejaba tanto en las letras de las bandas como en sus vivencias. Por recordar dos datos: muchas agrupaciones coincidieron en el tiempo con los años de plomo de ETA y con el terrorismo de los GAL: “Siempre me ha parecido más intenso, más duro. Cantaban sobre lo que estaban viviendo, ya fuera ETA o ya fuera la Policía”.
Los demenciales chicos acelerados: Euskadi y tal hace un repaso por medio centenar de grupos, desde Speed hasta Barricada pasando por Kortatu, Negu Gorriak, Piperrak, RIP, The Kagas, Hertzainak, Baldin Bada, Delirium tremens, y Las Vulpes, entre otros. Grau recupera e hila las letras de las bandas, mensajes que, a su juicio, “ahora te podrían llevar a la cárcel”. “Antes había mucha más libertad que ahora”, expone el creador sobre una época en la que “todo era mucho más primitivo”. Grau hace así referencia a las palabras de Korkostegi que abren este reportaje y pone como ejemplo a Eskorbuto: cuando se iniciaron “no tenían ni instrumentos”, pero adquirieron repercusión gracias a sus letras que, como las de otros, 40 años después, “mantienen su vigencia”. “Estamos igual o peor”, sentencia.
IRONÍA En el nuevo trabajo del catalán, también responsable del documental Objetivo Gadafi, discurren en paralelo breves apuntes sobre algunas bandas que surgieron y se mantuvieron, y otras que desaparecieron, con una narración de hechos históricos que se inicia con el fin del franquismo y que culmina con la participación del Estado español en la Guerra de Irak.
No obstante, Grau le añade su punto de vista irónico, para quitar peso a esa realidad “dura y cruda” de los 80 y los 90. Para ello, el cineasta simultanea imágenes de archivo con audios y carátulas de series infantiles o juveniles de la época. Por ejemplo, superpone la narración e imágenes de Masters del Universo con la proclamación de Juan Carlos de Borbon, la de GI Joe con las acciones de los GAL y el tarareado inicio de Barrio Sésamo con la actividad de Galindo. “Tenía que hablar de la heroína, de Intxaurrondo, de Galindo...”, expone Grau que ha optado por rebajar la crudeza de los hechos con humor e ironía.
premio en donostia Grau recuerda con cariño su anterior participación en el Dock of the Bay. Fue en 2014 cuando presentó Las más macabras de las vidas -también disponible en Filmin, como la mayoría de las creaciones del director-, una obra sobre Eskorbuto que, en un inicio, no tenía más fin que el académico -Grau la pensó como trabajo para su licenciatura en Historia-, pero que acabó compitiendo en el certamen donostiarra llevándose el Premio del público.
“El trabajo lo había hecho para mí, para mi carrera; no pensaba que los festivales me llamarían para pedírmelo”, ríe el creador, que añade que ahora que va a presentar su quinta obra musical llega a la capital “más relajado” que la primera vez.
El galardón en el Dock of the Bay le hizo continuar con su primera trilogía sobre grupos punks de Euskadi. A Las más macabras de las vidas le siguieron Inadaptados (2015) y No somos nada (2016) sobre los alaveses Cicatriz y La Polla Records, respectivamente. Los demenciales chicos acelerados: Euskadi y tal sirve para que Grau complete la mirada más generalista sobre el resto de grupos de la época y el movimiento, aunque reconoce que la empresa es muy grande y que, inevitablemente, ha habido bandas que se han quedado fuera.