Valladolid - La Espiga de Oro de la 64ª Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), en manos del director chino Wang Quan’an por Öndög (El huevo del dinosurio), simboliza la proyección y el cruce de fronteras de una filmografía que pide paso con mayor proyección internacional.

Öndög, ambientada en la inhóspita estepa de Mongolia, ganó también el premio a la mejor fotografía (Aymerich Pilarsky) captada en un paisaje y entorno geográficos habitados por una cultura al borde de la extinción, como ocurre con los protagonistas de un filme que funde géneros tan diversos como la comedia, el drama y thriller. En la tierra natal de su madre, Quan’an ha situado en la fría e inhabitable estepa a un elenco de actores no profesionales para conferir un mayor grado de veracidad a una historia sin guion donde amor, vida y muerte, las constantes vitales de hombres y animales se supeditan a los ciclos de la naturaleza. La fotografía e infiltraciones etnográficas son propias de un documental si el largometraje careciera de esos toques de comedia e ingredientes cercanos al thriller, como es el asesinato de una mujer que pretexta para su discurso narrativo un director que forma parte de la sexta generación formada en la Academia de Cine de Beijing.

Hasta seis películas de la sección oficial obtuvieron alguna distinción por parte de los diferentes jurados, lo que pone de manifiesto el nivel parejo de todas ellas sin un aspirante claro o determinante en los pronósticos previos a la lectura del palmarés, ayer en el Teatro Calderón, sede permanente de la Seminci.

Con la Espiga de Plata se alzó la cinta más laureada del festival de Valladolid, A vida invisível de Eurídice Gusmao (La vida invisible de Eurídice Gusmao), con la que Karim Aïnouz elogia la valentía de las mujeres que en el Brasil de los años 50 tuvieron la osadía de cuestionar la jerarquía masculina de la sociedad. La película más larga del certamen, que representará a Brasil en los Oscar de Hollywood, relata la vida de dos hermanas cómplices y confidentes en medio de una sociedad donde las mujeres pasan de las manos de sus padres a la de sus esposos, sin contar apenas en las decisiones que les atañen. Sus protagonistas, Julia Stockler y Carol Duarte, lograron exaequo el premio a la mejor actriz, en un filme que también ha recibido el galardón de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (Fipresci), que fue la tercera más votada por el público y además ganó el Premio Sociograph que mide la intensidad de las emociones de los espectadores a la salida.

El mejor actor, a juicio del jurado internacional que ha presidido la directora y guionista Josefina Molina, fue para Levan Gelbakhiani protagonista de And then we danced, rodado en Georgia, país invitado del festival, que describe las dificultades de las relaciones homosexuales en un país de férrea moral ortodoxa, por lo que también logró la Espiga Arco Iris a la diversidad sexual.

Los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne se hicieron con los premios Miguel Delibes (mejor guion) y José Salcedo (mejor montaje) por Le jeun Ahmed, mientras que la argelina Mounia Meddour fue distinguida como mejor nueva directora por Papicha, ganadora también del Premio del Público. El mejor director, a juicio del jurado, fue el islandés Rúnar Rúnnarsson por Bérgmal (Echo), una cinta sin guión que muestra sesenta y cinco momentos de vidas cotidianas en un único espacio, Islandia, y cronológico, las fiestas de Navidad y de Año Nuevo.

No tuvo suerte el cine español con El Plan, la ópera prima de Polo Menárguez, e Intemperie con la que su director, Benito Zambrano, inauguró el festival el pasado 19 de octubre y que cerró ayer la proyección de Máster Cheng del finlandés Mika Kaurismäki. Intemperie, la adaptación de la novela de Jesús Carrasco e interpretada por Luis Tosar, obtuvo no obstante el Premio Blogos de Oro. Por último, el Premio Dunia Ayaso de la Fundación SGAE recayó en la directora barcelonesa Belén Funes por La hija de un ladrón; la Espiga Verde de protección al medio ambiente, en Honeyland, de Ljubo Stefanov y Tamara Kotevska; y el Premio de la Juventud fue para The farewell, de la china Lulu Wang.- Efe