Kultur ACT elkarte artistiko eta kulturala, fiel a un espíritu contemporáneo, ha decidido poner patas arriba el concepto de residencia artística e, incluso, el famoso verso de Machado. Coordinado por Iñaki Landa, Nomadak-El Trenico ha demostrado que el arte, como el camino, también se puede hacer al pedalear.
A través de una convocatoria, siete artistas internacionales se han subido a la bicicleta y se encuentran, etapa a etapa, acortando la distancia que existe entre Bergara y Lizarra. Todo ello, a través de la vía verde -el bidegorri- que sigue el recorrido del antiguo ferrocarril Vasco-Navarro.
La suma del trayecto y los siete creadores/ciclistas que participan en esta “residencia artística nómada”, es, precisamente, los que da nombre al proyecto Nomadak-El Trenico, que se enmarca dentro del programa del espacio de creación gasteiztarra ARTgia, dirigido por la artista Irantzu Lekue. El objetivo, no obstante, no es simplemente moverse de un lugar a otro, sino llevar a cabo intervenciones artísticas en la calle allí por donde pasen.
El lunes, sin ir más lejos, Belén Robeda plasmó su arte en una de las paredes de la calle Galicia de Arrasate, en el barrio de Musakola. Ayer, por otra parte, el argentino Tomás Facio se encontraba en Eskoriatza ejecutando una intervención dentro del túnel de Olazar que le llevará días, motivo por el cual retrasará su camino hacia Navarra. No en vano, trabaja con tinta china y su técnica precisa un alto grado de minuciosidad. Facio ha tomado el relevo del alemán Jens Besser que terminó la otra mitad de la intervención en este espacio la semana pasada.
Estos ejercicios de street art, explica Landa, van más allá del muralismo. Esta residencia artística en movimiento tiene idea de “laboratorio”, por lo que los participantes trabajarán la hibridación y desarrollarán técnicas como pasteup, stencil o land art.
El coordinador explica que Nomadak-El Trenico es un proyecto que lleva tres años en desarrollo, puliéndolo poco a poco. Desde Italia hasta Japón, pasando por Brasil, “muchos” artistas de todo el mundo se han presentado a este proyecto. Finalmente, los creadores seleccionados provienen de lugares como Italia, Alemania, Perú, Argentina y, también, Euskal Herria.
En el camino del trenico pararán en enclaves guipuzcoanos como Bergara -el lunes llegaron a esta localidad-, Arrasate, Aretxabaleta y Eskoriatza, mientras que en Araba pararán en Landa, Gasteiz, y Maeztu -en cada lugar pasarán varios días-, antes de dar el salto a Navarra. “Hemos optado por una residencia de seis semanas -el proyecto concluirá el 21 de noviembre-, en el que el objetivo está en el camino”, explica. En cada lugar, además, han cerrado unos espacios con los ayuntamientos de cada localidad. Así evitan sobrepasar una de sus líneas rojas: “Actuar sobre patrimonio industrial”.
de azpeitia a iruñea Aunque la idea es la de recorrer la vía verde desde Bergara hasta Lizarra, este proyecto ha contado con un prólogo en Azpeitia y tendrá un epílogo en Iruñea, donde los creadores visitarán el 948 Merkatua, Mercado de las Artes de Navarra.
En Azpeitia, los artistas visitaron la semana pasada el Museo del Ferrocarril, mientras que el lunes estuvieron reunidos con el experto en el Vasco-Navarro Javier Suso, que compartió su historia con los creadores, al tiempo que les transmitió el impacto social y económico que tuvo este ferrocarril que cesó su servicio en los 60 -el proyecto tiene una línea de recuperación de la memoria-. Asimismo, también han recibido la “inestimable colaboración” de los responsables de San Agustín Kulturgunea y la Fábrica de Creación Dinamo. “Uno de los objetivos del proyecto es poner en valor todo el patrimonio industrial”, justifica Landa, que añade que en ese contexto se enmarca, por ejemplo, la idea de poner en valor el museo azpeitiarra dedicado a esta actividad: “Era importante que los artistas dedicasen horas a pensar sobre todo ello”.