Madrid -Todo el talento de Russell Crowe sale a relucir a pesar de las tremendas capas de maquillaje que luce en La voz más alta (The loudest voice), una miniserie de siete episodios estrenada el lunes en Movistar Series que dibuja el ascenso y caída del difunto Roger Ailes, el conservador que revolucionó la televisión estadounidense.
Crowe, en su mayor reto interpretativo en años, se mete en la obesa piel de Ailes y lo recrea como un hombre brillante, visionario y amado por sus compañeros, pero capaz de convertirse en un monstruo megalómano y misógino que no se frena ante nada ni ante nadie en su misión de crear una cadena de referencia para el electorado republicano. “La gente quiere ver sus problemas y sus creencias reafirmados y amplificados, no confrontados. La gente no quiere estar informada, quiere sentir que está informada”, sostiene rotundo el personaje de Crowe en el primer episodio, ofreciendo la clave ideológica en torno a la creación de Fox News.
La miniserie, que recuerda en su vertiente más periodística a The Newsroom, arranca con la muerte de Ailes en 2017 y echa la vista 20 años atrás para explicar su salida de CNBC y su asociación con el magnate de la comunicación Rupert Murdoch. Juntos buscan aprovechar las ventajas de la televisión por cable y lanzar un producto que apele a la sensibilidad de essa parte de la población estadounidense cuyas tendencias políticas, consideran ellos, no están siendo representadas justamente en la televisión. Ailes, que venía de contribuir a la campaña presidencial de Richard Nixon, Ronald Reagan y George H.W. Bush, sabía de lo que hablaba.
Lo que en un principio se plantea como un canal que busca ofrecer información justa y equilibrada, rápidamente se transforma en el contrapeso ideal para hacer frente al liberalismo de CNN. Y para atraer aún más al público, opta por alejarse de la ética y abrazar una fórmula más cercana a los tabloides, la manipulación y los excesos servida, además, de manera espectacular y llamativa. El resultado: un imán para la audiencia, una máquina de hacer dinero y el altavoz perfecto para las voces más conservadoras del país.
Cada episodio se centra en un año de la vida de Ailes y en el segundo capítulo la trama avanza hasta 2001, durante la cobertura de los atentados del 11-S y la maquinaria ideológica que culmina con la guerra en Irak. El tercero, el último facilitado a los medios, se adentra en el enfrentamiento de Ailes con Barack Obama durante la campaña presidencial y su posterior llegada a la Casa Blanca. Tom McCarthy, ganador del Oscar por el guion de Spotlight, se encarga del libreto del primer capítulo junto a Gabriel Sherman, autor del superventas The loudest voice in the room, que cuenta con más de 600 entrevistas sobre la figura de Ailes. La voz en off de Crowe asegura, mientras el espectador ve su cuerpo inerme en el suelo en los primeros segundos de la miniserie, que la gente acertaría de pleno si le recordara como alguien “de derechas, paranoico y gordo”. A juzgar por los primeros episodios, esta ficción ayuda a entender su personalidad y resulta útil para aquellos que desconozcan los orígenes de esta figura clave en la sociedad estadounidense, aunque tampoco ofrece detalles reveladores o sorprendentes sobre el hombre que vio en vida cómo su imperio se desmoronaba por varias denuncias de acoso sexual, una historia que no puede llegar en un momento más oportuno a raíz del movimiento #Me Too.
El reparto lo completan Sienna Miller (difícil de reconocer por el maquillaje en su papel de Elizabeth, esposa de Ailes), Naomi Watts (que encarna a Gretchen Carlson, la periodista de Fox que dio a conocer los abusos de Ailes) y Seth MacFarlane en un gran cambio de registro interpretando a Brian Lewis, exjefe de relaciones públicas de la cadena.