Vitoria - En ocasiones, en los medios de comunicación, que además son muy dados a dar mucha repercusión a estas cuestiones, aparecen noticias que hablan de escritores desconocidos que rompen las listas de ventas tras publicar su primera o segunda novela a través de Internet. Una situación, la del éxito literario inesperado, que también ha servido como argumento de no pocas obras ficcionadas, como sucede con Los ojos amarillos de los cocodrilos de Katherine Pancol, uno de los muchos títulos que de manera habitual tiene entre las manos Inés Apraiz Castellanos, que además de escritora y arquitecta es una ávida lectora. Eso sí, ella sabe, como muchas otras personas que recorren el camino de la creación entre palabras, que ese triunfo instantáneo o es una excepción o una invención. “Esto lo haces porque te realizas no porque saques una novela y te comas el mundo”.
Esa situación, y lo que conlleva, es una de las dos partes fundamentales de su tercera referencia para los lectores, Las rosas también saben decir adiós. “Este libro nació pensando en hacer algo breve que funcionase como un desahogo sobre lo que significa ser escritora primeriza, de las cosas que te pasan, de las que no te pasan, y de las que no te pasan pero te da miedo que te pasen”. Para ello pone la mirada en Sara, a la que “le sucede todo lo que a mí me ha pasado pero multiplicado por 200”, describe. De hecho, la historia arranca en septiembre de hace un par de años, en el psiquiátrico de Vitoria, donde la protagonista se encuentra ingresada por todo lo que le ha sucedido en tres meses tras la publicación de una novela “de la que no vende nada pero que hace que todo su entorno se vuelva en su contra”.
Es aquí donde el humor negro hace acto de presencia para dar paso a una segunda parte donde las risas se apartan. “Aquí nos adentramos en las razones por las que ella necesita tanto escribir”, planteándose una reflexión “sobre cuántas veces estamos condicionados por los demás, lo que en ocasiones llega al extremo. Hay que escuchar a todo el mundo pero después hay que buscar qué quieres hacer. Tienes que ver qué quieres hacer porque nadie va a vivir tu vida por ti”.
Así lo pueden descubrir ya quienes, bien a través de Amazon bien en librerías de la capital alavesa, se asomen a un libro que, de manera oficial, se presentará el próximo 27 de septiembre en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa a partir de las 19.30 horas. “Es una de las cosas que comparto con Sara, el pánico a estos actos”, ríe Apraiz. “Pero ella evoluciona. En el fondo del pozo, a veces es donde abres los ojos y ves con más claridad” y de eso también habla un libro al que Vitoria sirve como escenario.
A pesar de tratar esa cara real del escritor que se autoedita, la autora defiende que “animo a la gente a que siga sus ilusiones y que si se tiene que frustrar, que lo haga. De hecho, hay que ejercitarse con la frustración. Enseña, ayuda, forma, así que hay que frustrarse, que es bueno”. Así lo describe quien ya está empezando a dar los primeros pasos de su próxima obra, una novela de terror.